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Salud animal: una prioridad estratégica en un mundo interconectado

Salud animal: una prioridad estratégica en un mundo interconectado

Estados Unidos, México y el Mercosur, Argentina y Brasil en particular, son actores claves para satisfacer la demanda global de proteína animal.

Se prevé que el tamaño del mercado mundial de ganado y carne crezca de 1,37 billones de dólares en 2024 a 1,60 billones en 2034, y el sector ganadero es clave para la economía y los medios de vida de la población. Pero, en un mundo globalizado, con sistemas agroindustriales cada vez más integrados y fronteras agrícolas en expansión, las enfermedades no conocen fronteras. La salud animal es un componente clave de la seguridad alimentaria, la salud pública y la competitividad de los sistemas agrícolas.

Casos como el Gusano Barrenador y la influenza aviar respaldan esta perspectiva y ponen de relieve la vulnerabilidad y la necesidad de colaboración entre países. En este sentido, el Programa de Erradicación del Gusano Barrenador es un ejemplo de cómo la cooperación entre México y Estados Unidos puede ser estratégica e indispensable. Esta plaga, que causó enormes pérdidas al ganado en América del Norte, fue erradicada en los Estados Unidos en 1966 gracias a una estrategia innovadora: la liberación de machos estériles para interrumpir el ciclo reproductivo.

A partir de este éxito, México y Estados Unidos lanzaron una campaña conjunta que logró eliminar el Gusano Barrenador del territorio mexicano en 1991. Pero la erradicación no eliminó el riesgo. Para prevenir la infestación desde América Central y del Sur, ambos países ayudaron a establecer una barrera biológica en Panamá. Estos esfuerzos continúan hoy.

La reaparición del Gusano Barrenador en 2023 ha hecho saltar las alarmas en el hemisferio. Su regreso demuestra que la vigilancia y el control sostenidos son esenciales, y que la experiencia de México y Estados Unidos puede servir de guía para otras regiones. También refuerza la idea de que, sin cooperación regional, ninguna barrera sanitaria es completamente segura.

Otro reto común es la influenza aviar, que desde 2022 ha causado brotes importantes en varios países, sobre todo en Estados Unidos. México también se ha visto afectado por brotes nacionales y restricciones comerciales. Además de su costo económico, la influenza aviar supone una amenaza para la salud pública debido a su potencial zoonótico.

Otro ejemplo exitoso de coordinación regional es el control de la fiebre aftosa. Aunque actualmente ambos países están libres de fiebre aftosa —México gracias a la vacunación y Estados Unidos sin ella—, siguen activos mecanismos de alerta rápida y ejercicios de simulación binacionales. Lo mismo ocurre en el Mercosur, a través de mecanismos como el Consejo Agropecuario del Sur (CAS).

Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) un brote de fiebre aftosa en Estados Unidos podría causar pérdidas superiores a 20,000 millones de dólares en el primer año. En México, el ganado representa casi el 40 % del PIB agrícola y el acceso a mercados de alto valor como Japón y Corea del Sur depende directamente de la situación sanitaria del país. Esto deja claro que la sanidad animal no es solo una cuestión técnica, sino también una herramienta para la política comercial y el desarrollo económico.

Otras experiencias importantes en América Latina que ilustran el valor de la cooperación regional es la del Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP), que promueve la armonización de políticas en el Mercosur y desempeña un papel clave para la vigilancia epidemiológica, trazabilidad y fortalecimiento de los servicios veterinarios públicos, incluso de países no miembros, como Colombia.

En América Central y el Caribe, países como Costa Rica y la República Dominicana han fortalecido sus sistemas de sanidad animal con el apoyo de organizaciones internacionales como el IICA, entre otras.

Lo que está en juego no es solo la sanidad animal sino también los medios de vida de millones de productores, la seguridad alimentaria y la estabilidad de las cadenas de suministro de la agroindustria. Invertir en sanidad animal es invertir en resiliencia, competitividad y bienestar.

*Ingeniero agrónomo, candidato de Guyana a Director General del IICA.

Eleconomista

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