“Me entregué a servir a México”: Peña Nieto responde a escándalo Pegasus

En un hecho poco común desde que dejó la presidencia, Enrique Peña Nieto reapareció públicamente para responder a las recientes acusaciones que lo vinculan con un supuesto soborno de 25 millones de dólares en el contexto de la venta del software Pegasus. El expresidente calificó como “totalmente falsas” las versiones difundidas por el medio israelí The Marker, las cuales han desatado una ola de especulaciones en medios nacionales e internacionales.
Desde su cuenta en X —antes Twitter— y en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, EPN aseguró que estos señalamientos no son más que un intento por dañar su imagen:
“Puedo afirmar que me entregué como presidente de la República a servir a México”.
El detonante fue un reportaje publicado el 4 de julio por el medio The Marker, en el que se recogen declaraciones judiciales de los empresarios israelíes Avishai Neriah y Uri Ansbacher. Ambos afirman haber entregado 25 millones de dólares a un funcionario identificado como “N”, entre 2012 y 2018, periodo que coincide con el mandato de Peña Nieto.
Aunque el nombre del exmandatario no aparece de forma explícita en los documentos judiciales, medios mexicanos como Proceso y Aristegui Noticias lo asociaron de inmediato con el caso, sugiriendo que el dinero podría haber financiado su campaña presidencial o derivado en contratos gubernamentales para Pegasus.
Peña Nieto negó rotundamente estas versiones y criticó la falta de rigor periodístico:
“Que medios nacionales me vinculen sin sustento directo es, como mínimo, lamentable. En ningún momento se me menciona en el juicio”.
Pegasus es un software de espionaje desarrollado por NSO Group, una empresa israelí con historial de colaboraciones gubernamentales. La herramienta fue comprada por el gobierno mexicano durante el sexenio de Peña Nieto, supuestamente para combatir al crimen organizado. Sin embargo, investigaciones revelaron que fue utilizada para espiar a periodistas, activistas de derechos humanos y políticos opositores.
Uno de los casos más notorios fue el espionaje a Carmen Aristegui, su hijo menor de edad y el periodista Cecilio Pineda, asesinado en 2017 poco después de que su número apareciera en la lista de posibles objetivos.
El escándalo estalló a nivel global en 2021 con la colaboración del consorcio Forbidden Stories y Amnistía Internacional, y desde entonces Pegasus se ha convertido en sinónimo de vigilancia política ilegal.
Sobre la posibilidad de que se abra una nueva investigación penal en su contra, Peña Nieto respondió con tranquilidad:
“Una más. No es la primera. Estoy convencido de que todo lo que hice fue dentro del marco legal”.
Además, aclaró que no ha participado en ninguna asignación directa de contratos durante su sexenio y que su nombre podría aparecer en documentos legales como referencia administrativa, sin que eso implique un involucramiento directo:
“Goberné un país. Mi nombre, como figura institucional, puede estar citado en muchos juicios. Eso no me convierte en actor”.
Desde hace años, Enrique Peña Nieto reside fuera del país, aunque no ha precisado su ubicación exacta. A pesar del revuelo mediático, expresó su deseo de regresar a México en algún momento:
“Óptimo sería normalizar que los expresidentes vivan en México. Que la presencia no implique participación política. Si regreso, será por mi familia”.
Su postura marca una diferencia respecto a otros expresidentes que han enfrentado investigaciones judiciales y mediáticas tras dejar el poder.
Aunque hasta ahora no existe una investigación oficial abierta en México contra Peña Nieto por el caso Pegasus, las declaraciones contenidas en el reportaje israelí han reavivado el interés mediático y social en torno a su mandato. El exmandatario insiste en su inocencia y denuncia una campaña para dañar su imagen, mientras que el caso permanece bajo escrutinio internacional.
La Verdad Yucatán