Feijóo refuerza al núcleo gallego, pacta con Madrid y se alía con Andalucía

Un castro gallego rodeado por una fortaleza más amplia que abarca la península Ibérica. Así podría describirse la dirección que saldrá, siguiendo el guion previsto, mañana del XXI congreso del PP, en el que Alberto Núñez Feijóo será aclamado como líder e investido con el manto que ha de llevarlo, urnas mediante, a la Moncloa.
El presidente del PP ha reordenado la cúpula y ha reforzado el núcleo de fieles que lo acompañaban en Galicia y en su nueva andadura en Madrid para tener en orden al partido. Siguen siendo los mismos, pero con un mando único delegado en el que ha sido el lugarteniente de Feijóo en la sombra y que a partir de ahora ejercerá un control absoluto sobre la formación para tener la maquinaria engrasada de cara a las elecciones. Desde una secretaría general reforzada con más funciones organizativas, Miguel Tellado es un número dos plenipotenciario que, tras haber sido la bestia negra de la bancada azul en el Congreso, tiene la misión de tomar, esta vez sí, la plaza que hace dos años quedó a cuatro inalcanzables escaños para el PP, que solo logró sumar a Vox.
Junto a Tellado, el círculo de confianza de Feijóo lo seguirán configurando su jefa de gabinete, Marta Varela; Mar Sánchez, que acompaña al líder en todo momento en calidad de directora de proyección e imagen; Álvaro Pérez, que coordina la acción de los grupos parlamentarios –todos ellos, diputados en el Congreso–, y Luis de la Matta, que sin pertenecer al comité de dirección encabeza la dirección de comunicación del PP.
Salvo De la Matta, que nació en Madrid aunque ha desarrollado buena parte de su carrera profesional en la Xunta, el núcleo duro es, pues, íntegramente gallego, lo que viene a subrayar –ironizan fuentes de Génova procedentes de otros lugares de España– la proverbial desconfianza del pueblo de raíces celtas que habita en el Finisterre peninsular, con cuya ambigüedad a la hora de decir si se están subiendo o bajando las escaleras también se bromea.
A ese hermético círculo en el que no logró entrar Cuca Gamarra, que sale de la secretaría general para encargarse del área de justicia, ha sido llamada Alma Ezcurra, que ha coordinado Reformismo21, think tank creado por Feijóo como contrapeso a la FAES de José María Aznar y que presidió Josep Piqué, desde su fundación, hasta su muerte.
La eurodiputada madrileña, a su vez, servirá de enlace con el PP de Madrid, que preside Isabel Díaz Ayuso y con el que las relaciones de Génova, a pesar de compartir sede, no son siempre ejemplares. Otros madrileños serán Noelia Núñez, que seguirá; Jaime de los Santos, que se incorpora después de haberse bregado en el Congreso contra la ministra de Igualdad, y Alberto Nadal, que había sido secretario de Estado con Mariano Rajoy al que Feijóo, que ha mostrado complicidad con el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, rescata para que se ocupe de la economía.
El PP rescata a Alberto Nadal, que ya fue secretario de Estado con Mariano Rajoy, para el área de economíaLa entrada de Nadal desplaza a Juan Bravo, uno de los dos andaluces, junto a Elías Bendodo, del comité de dirección, al área de hacienda, de la que ya se ocupó como consejero en la Junta, y provoca la salida de la madrileña Paloma Martín, que elaboró el plan de vivienda que el PP quiere aplicar si se cumplen lo que pronostican las encuestas y se hace cargo del Ejecutivo.
También deja la cúpula popular la oscense Ana Alós, responsable del plan de conciliación de los populares, que cede el testigo de la política social a Carmen Fúnez, la anterior vicesecretaria de organización, un departamento que se integra en la todopoderosa secretaría de Tellado.
Los demás miembros de la dirección repiten cargo, con Borja Sémper como portavoz, mientras que Dolors Montserrat, la única catalana, estará por decisión de Feijóo, que tiene la potestad, en un partido presidencialista como el PP, de designar a los integrantes de su equipo. Así pues, la secretaria general del PPE, que ya estaba en la ejecutiva cuando era portavoz en Bruselas –ahora lo es Esteban González Pons–, se seguirá sentando en la sala de mandos de Génova, con la que tendrá hilo directo el portavoz popular en Barcelona, Daniel Sirera.
Las otras dos portavoces parlamentarias, Alicia García (Senado) y Ester Muñoz (Congreso), que era la vicesecretaria de educación y sanidad y que ahora ha visto catapultada su proyección al asumir la vacante que dejará Tellado en la Cámara Baja, son de Castilla y León, la comunidad que preside Alfonso Fernández Mañueco, uno de los líderes territoriales, junto con el murciano Fernando López Miras, más próximos a Feijóo.
Entre los demás barones, gana peso el andaluz Juanma Moreno, que se ha encargado como el primus inter pares de sus cuatro redactores de que la ponencia política, a la que el presidente del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, había puesto no pocos reparos –relativos a la relación con fuerzas que subvierten el espíritu constitucional, como Junts–, no agitara la balsa de aceite que se quería para el cónclave y se ha conseguido.
A la diplomacia y buenas formas de Moreno y la extremeña María Guardiola, que ha participado en la ponencia de estatutos, se suma el gallego Alfonso Rueda, que recibió el legado de Feijóo y busca dejar su propio sello en la Xunta tras la alargada sombra de su mentor. Y si ellos son los que más sintonía exhiben con el líder, el que se va alejando a pasos acelerados de la órbita es el valenciano Carlos Mazón, quien ayer llegó al pabellón 10 de la Feria de Madrid (Ifema), en el que se celebra el congreso, apretando el paso para evitar a los periodistas.
Tras el paseo triunfal del cónclave nacional, el PP tiene por delante resolver la asignatura valencianaTras ver el paseo triunfal que, por contraste, protagonizó Feijóo, resolver la crisis del PP de la Comunidad Valenciana, uno de sus feudos tradicionales, es la gran asignatura pendiente.
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