El corazón de Europa late a favor de las valvulopatías: la llamada urgente a la acción
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En un momento crucial para la salud pública europea, la Structural Heart Disease Coalition (SHD Coalition) alza su voz, posicionando las valvulopatías como una prioridad ineludible en la agenda sanitaria de la Unión Europea. Traducida al castellano como Coalición para la Enfermedad Cardíaca Estructural, plantea la necesidad de un plan de acción coordinado y ambicioso para estos pacientes.
Los datos destapan una realidad alarmante: a pesar de su enorme prevalencia y el impacto devastador en la calidad de vida de millones de europeos, las valvulopatías siguen siendo subestimadas e infradiagnosticadas. Hasta un 50% de los casos graves no se diagnostican hasta fases avanzadas, lo que se traduce en hospitalizaciones evitables, mayor mortalidad y una significativa pérdida de calidad de vida. Este tipo de patologías, no solo generan sufrimiento individual, sino que también imponen una carga significativa a los sistemas de salud nacionales.
La SHD, un grupo que aglutina a pacientes, profesionales de la salud e industria, está aportando una labor de concienciación y promoción de políticas que garanticen una mejor atención. Su enfoque principal radica en la urgencia de establecer un marco europeo que asegure un acceso equitativo a diagnósticos tempranos, tratamientos innovadores y programas de rehabilitación integral para este tipo de pacientes.
La Coalición aboga por la inclusión explícita de las enfermedades cardíacas estructurales en el Plan Europeo de Salud Cardiovascular como un área de acción diferenciada, asegurando que las recomendaciones políticas específicas de SHD se reflejen en el plan y promoviendo un aumento significativo de la financiación de la UE y nacional para programas de detección, concienciación pública, formación del personal sanitario e innovación.
El programa europeo actual en materia de salud, el conocido como EU4Health, tiene una duración definida: comenzó el 1 de enero de 2021 y permanecerá en vigor hasta 31 de diciembre de 2027. En cuanto al próximo programa sanitario europeo, aún no ha sido aprobado ni oficializado. Su contenido, objetivos y fecha de inicio todavía están por definirse, ya que dependerán en gran medida del nuevo ciclo político europeo tras las elecciones de 2024 y de la configuración del marco financiero plurianual que regirá a partir de entonces. Sin embargo, se sabe que a partir de este 2025 ha comenzado a perfilarse con mayor claridad la nueva agenda de salud de la UE para el periodo posterior a 2027.
Valvulopatías, las grandes subestimadasDesde la SHD Coalition explican a El Confidencial que las valvulopatías han permanecido subestimadas “por una combinación de factores estructurales que afectan tanto a la detección precoz como a la equidad en el acceso a la atención”.
“En primer lugar, la detección temprana no ha sido priorizada en la práctica clínica rutinaria, lo que significa que muchas veces la enfermedad no se identifica hasta etapas avanzadas, cuando las opciones terapéuticas son más limitadas y el impacto sobre la calidad de vida y los costes sanitarios es mayor”, explica desde la SHD Coalition Rossina Funes.
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“Asimismo, sus síntomas, como la fatiga, la falta de aire o el cansancio, suelen confundirse con signos normales del envejecimiento, lo que retrasa significativamente su diagnóstico. Esta confusión es especialmente frecuente en personas mayores, el grupo más afectado”, describe.
Además, añade como motivo que “persisten importantes disparidades de género: las mujeres experimentan retrasos en el diagnóstico, están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos, y con frecuencia sus síntomas se interpretan incorrectamente, por ejemplo, atribuyéndolos a la menopausia en lugar de a una enfermedad cardíaca, lo que deriva en peores resultados de salud”.
“También existe una falta de financiación pública suficiente para programas de cribado sistemático y para la creación de vías de derivación optimizadas. Todo ello se ve agravado por la ausencia de una coordinación a nivel de la Unión Europea, lo que impide una respuesta unificada y eficaz frente a esta patología creciente, especialmente en el contexto del envejecimiento de la población europea”, concluye.
Entre las propuestas más destacadas de la Coalición se encuentra la promoción de la realización sistemática de auscultación cardíaca en la población mayor de 65 años, el análisis de la evidencia de la ecocardioscopia realizada por especialistas no cardiólogos en atención primaria y hospitalaria, y el diseño de protocolos de derivación a atención hospitalaria de pacientes con sospecha de valvulopatía y de seguimiento en atención primaria.
España, con su Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud (ESCAV) aprobada en 2022, se posiciona como un referente europeo al incluir explícitamente las valvulopatías como prioridad estratégica, promoviendo el diagnóstico precoz y protocolos compartidos entre atención primaria y hospitalaria.
Entre los miembros de la colación se encuentra el prestigioso cardiólogo español Jorge Solís, coordinador de la Unidad de Imagen Cardiaca y Unidad de Valvulopatías del Hospital Universitario 12 octubre y socio fundador de Atria Clinic. Dentro de las propuestas, el Dr. Solís ha enfatizado en la importancia de un enfoque centrado en el paciente, donde la prevención, la detección precoz y el acceso a terapias avanzadas sean pilares fundamentales de cualquier estrategia europea.
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“En un continente que busca proteger la salud de sus ciudadanos, la inclusión de las valvulopatías como prioridad en el plan europeo de salud, no es solo una cuestión esencial, sino una inversión estratégica en el bienestar colectivo”, ha señalado a este respecto.
Tecnologías, bases de datos, IA y géneroEntre las cuestiones más tangibles también han abordado el uso de nuevas herramientas tecnológicas en diagnóstico, tratamiento, monitorización o gestión clínica. Como por ejemplo la ecocardiografía avanzada, el intervencionismo valvular mínimamente invasivo o las plataformas digitales para seguimiento de pacientes.
Asimismo, han expuesto la necesidad de abordar las bases de datos, ya que el uso de grandes volúmenes de datos clínicos (como historias médicas, imágenes, biomarcadores, etc.) puede analizarse para mejorar el conocimiento y la toma de decisiones. Lo cual es clave en medicina personalizada.
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Además, han destacado en estas reuniones como los algoritmos con IA permiten automatizar tareas clínicas, detectar patrones, predecir evoluciones de enfermedad o apoyar el diagnóstico. Por ejemplo, en valvulopatías se puede usar la IA para analizar ecocardiogramas, predecir riesgo de progresión o asistir en la selección del tipo de intervención (quirúrgica vs. transcatéter).
Por otro lado, en estas reuniones también se ha abordado la diferencia de género en las enfermedades cardiovasculares, incluidas las valvulopatías, un aspecto que está generando cada vez más atención en la comunidad médica. Reconocer estas diferencias es clave porque las mujeres suelen presentar síntomas atípicos, reciben diagnósticos más tardíos y tienen menos acceso a ciertos tratamientos, lo que impacta directamente en su pronóstico. Además, muchos estudios clínicos se han basado históricamente en poblaciones masculinas, lo que limita la aplicabilidad de las guías actuales al sexo femenino. Por ello, incorporar la perspectiva de género no es solo una cuestión de equidad, sino de mejorar la precisión y eficacia de la atención cardiovascular en todos los pacientes.
Las reuniones para conseguirloComo parte del esfuerzo, la Coalición ha participado activamente en diversas reuniones de alto nivel, entre las que destacan una reunión que tuvo lugar este mes de julio con el comisario europeo Olivér Várhelyi. En este encuentro, en el que la Coalición fue representada por Eleonora Selvi y el Dr. Jorge Solís, la Coalición presentó sus prioridades en salud cardiovascular.
Además, en los recientes "SHD Coalition Advocacy Days" del 24 de junio, la delegación española, incluyendo al Dr. Jorge Rodríguez-Roda Stuart, la Dra. Maite San Saturnino y el Dr. Jorge Solís, mantuvo encuentros con importantes figuras políticas: Lorena Boix Alonso, Margarita de la Pisa, Elena Nevado del Campo, Enrique Terol y Nicolás González Casares.
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En estas reuniones, la labor de la colación ha sido la de defender la inclusión de las SHD en el Consejo EPSCO (ministros de Sanidad). En ellas, han actuado como puente entre los partidos nacionales, los ministerios y la Comisión Europea, construyendo apoyo político y proporcionando informes y datos específicos para el trabajo parlamentario y la sensibilización pública.
Unas reuniones de las que Funes destaca que han salido con una percepción “positiva y alentadora”. “Este impulso político representa una ventana de oportunidad única para asegurar que las enfermedades cardiovasculares, incluyendo específicamente las enfermedades estructurales del corazón (valvulopatías), se integren como eje estratégico del plan. Ahora es el momento de convertir esta voluntad política en acciones concretas y sostenibles”, añade.
Como conclusión: la inclusión de las valvulopatías en la agenda sanitaria europea no puede esperar. Las evidencias clínicas, el impulso de profesionales y pacientes, y el momento político actual confluyen en una oportunidad única para que la Unión Europea actúe de forma decidida. Invertir en detección precoz, innovación tecnológica, perspectiva de género y atención centrada en el paciente no solo salvará vidas, sino que reducirá el coste sanitario y social de una enfermedad aún infravalorada. La Coalición para la Enfermedad Cardíaca Estructural ha trazado el camino: ahora le corresponde a las instituciones europeas escuchar, priorizar y actuar. Porque el próximo programa europeo de salud debe ser, también, el programa que cambie el destino de millones de corazones.
El Confidencial