La diástasis abdominal es una condición funcional frecuente con una solución quirúrgica eficaz

Muchas mujeres notan que, tras dar a luz, su abdomen no vuelve a su estado anterior. Aunque esta distensión suele atribuirse a cambios estéticos posparto, en realidad puede esconder una condición médica llamada diástasis abdominal. Se trata de una separación de los músculos rectos del abdomen que, más allá del aspecto físico, tiene importantes consecuencias funcionales.
«La diástasis abdominal no es solo una preocupación estética. Es un problema de salud que puede afectar seriamente la calidad de vida del paciente si no se trata adecuadamente», asegura el Dr. Santos Jiménez de los Galanes, jefe de Equipo de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Ruber Internacional.
Según el especialista la diástasis abdominal se produce cuando los músculos rectos del abdomen se separan a lo largo de la línea media, conocida como línea alba. Este fenómeno puede aparecer por una presión intraabdominal sostenida, como la que ocurre durante el embarazo, pero también en hombres con obesidad abdominal, personas con enfermedades respiratorias crónicas o individuos que entrenan el abdomen de forma incorrecta.
Aunque está estrechamente vinculada al posparto, no es una condición exclusiva de las mujeres. El Dr. Jiménez de los Galanes subraya que también se observa en hombres y mujeres no gestantes.
«Es importante que entendamos que esta patología puede presentarse en cualquier persona expuesta a factores de riesgo como sobrepeso, tos crónica o incluso levantamiento inadecuado de peso», señala.
Los síntomas asociados a esta condición no deben subestimarse. Entre los más comunes se encuentran el dolor lumbar, debilidad del core, problemas digestivos, dificultades para retener la orina, alteraciones del suelo pélvico e incluso disfunciones sexuales.
«La debilidad de la pared abdominal compromete la estabilidad del tronco y la función digestiva y urinaria. Muchas pacientes acuden buscando una solución estética y se sorprenden al saber que también pueden mejorar síntomas funcionales que daban por normales», explica el cirujano.

Estudios recientes publicados en Obstetrics & Gynecology indican que hasta el 45% de las mujeres siguen presentando diástasis tres meses después del parto.
El diagnóstico se realiza mediante una combinación de exploración física y estudios de imagen como la ecografía abdominal o, en casos más complejos, la resonancia magnética. En los casos leves, el tratamiento conservador puede ser eficaz. Este incluye programas específicos de ejercicios, fisioterapia de suelo pélvico, pilates terapéutico y técnicas de respiración diafragmática.
«El abordaje inicial debe ser conservador, siempre que los síntomas lo permitan. Hay programas que han demostrado una mejora significativa en la separación muscular, especialmente en mujeres en el posparto reciente», afirma el especialista del Ruber Internacional.
Cuando la separación es de más de 3 cm y persisten los síntomas a pesar del tratamiento conservador, se indica el tratamiento quirúrgico. En estos casos, el Dr. Santos Jiménez de los Galanes destaca la técnica REPA (Reparación Endoscópica Preaponeurótica) o MILA (Minimally Invasive LipoAbdominoplasty) como procedimientos de elección.
«Son técnicas mínimamente invasivas, con resultados altamente eficaces y menos cicatrices que una abdominoplastia tradicional. No solo devolvemos la función muscular, sino que también conseguimos una notable mejoría estética», subraya el doctor.
Para poder optar a este procedimiento, deben cumplirse ciertos criterios: al menos seis meses desde el último parto o cesárea, diástasis de al menos 3 cm pese al trabajo de fortalecimiento muscular, y que la paciente haya completado su deseo gestacional.
Características del procedimiento:
• Abordaje laparoscópico o robótico
• Tres pequeñas incisiones bajo la línea del bikini
• Sutura de los músculos rectos del abdomen
• Colocación de malla en caso necesario
• Posibilidad de combinar con liposucción o miniabdominoplastia
Según un estudio publicado en la revista 'Plastic and Reconstructive Surgery', el cierre quirúrgico de la diástasis mejora tanto la función como la estética abdominal. En EE. UU., en 2022, se realizaron más de 130.000 procedimientos de este tipo, según datos de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos.
Tal y como explica el cirujano del Hospital Ruber Internacional, el postoperatorio es generalmente bien tolerado. Se recomienda evitar esfuerzos intensos durante las primeras 4-6 semanas, el uso de faja abdominal y seguir un plan de rehabilitación progresiva y supervisada.
«La clave para una recuperación exitosa está en el seguimiento médico y en una buena adherencia al plan postoperatorio. Con las debidas precauciones, los resultados son excelentes», señala el Dr. Jiménez de los Galanes.
Asimismo, la prevención juega un papel fundamental. Mantener un peso adecuado, fortalecer el core con supervisión profesional y evitar hábitos posturales nocivos son medidas clave para evitar la aparición o agravamiento de esta patología.
La diástasis abdominal es una condición más frecuente de lo que se piensa y puede tener un gran impacto en la funcionalidad diaria de quienes la padecen. Gracias a los avances en cirugía mínimamente invasiva como la técnica REPA/MILA, los pacientes tienen hoy la posibilidad de resolver no solo un problema estético, sino de recuperar la salud abdominal, mejorar su movilidad y, en muchos casos, su autoestima.
«Reconocer la diástasis abdominal como un problema de salud y no solo estético es el primer paso para mejorar la vida de miles de pacientes. La cirugía no es una solución cosmética, es una herramienta terapéutica con evidencia científica y excelentes resultados», concluye el Dr. Santos Jiménez de los Galanes.
abc