Los siete secretos de longevidad del doctor de 101 años John Scharffenberg: así se ha convertido en centenario
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Vivir más de un siglo con energía, claridad mental y autonomía parece un sueño lejano para muchos, pero es el presente del médico John Scharffenberg. Este profesor adjunto en la Universidad de Loma Linda, en California, ha convertido su vida en un ejemplo práctico de salud y longevidad. A sus casi 102 años (los cumple en diciembre), sigue conduciendo su coche, viajando por el mundo y dando charlas sobre hábitos que, según él, pueden influir significativamente entre una vida larga y una vida corta.
El caso de Scharffenberg destaca porque no responde a una herencia genética favorable. Sus padres y hermanos fallecieron relativamente jóvenes, lo que refuerza su teoría de que el estilo de vida influye mucho más que los genes. Por eso, sus recomendaciones han ganado fuerza en redes sociales y conferencias, donde defiende que la franja entre los 40 y los 70 años es clave: “Es cuando la gente se relaja, tiene más dinero, come más y se mueve menos. Justo lo que no hay que hacer”, asegura.
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Este veterano de la nutrición combina ciencia, experiencia personal y sentido común para transmitir un mensaje claro: vivir más y mejor está al alcance de todos si se adoptan ciertos hábitos. Su visión se ha hecho viral gracias a sus apariciones en canales como ¡Viva la longevidad! y sus conferencias internacionales. Lo que propone no son fórmulas milagrosas, sino siete reglas sencillas que él mismo sigue desde hace décadas.
Las 7 reglas de John Scharffenberg para vivir más y mejorScharffenberg no solo habla desde la teoría. Cada una de sus recomendaciones está respaldada por décadas de experiencia personal y científica. Estas son sus siete claves para una vida larga y saludable:
- No fumar nunca: el tabaco es una de las principales causas prevenibles de enfermedad y muerte. Scharffenberg asegura que jamás ha fumado y que evitar este hábito es crucial para proteger todos los órganos del cuerpo.
- Cero alcohol: a diferencia de quienes defienden que una copa de vino puede ser beneficiosa, él es tajante: ningún nivel de alcohol es saludable. Destaca que sus riesgos, especialmente de cáncer, superan cualquier supuesto beneficio cardiovascular.
- Mantenerse físicamente activo: pese a ser nutricionista, sostiene que el ejercicio es aún más importante que la dieta. En su caso, trabajar la tierra, cuidar un huerto y caminar largas distancias han sido sus mejores aliados para mantenerse fuerte y ágil.
- Controlar el peso corporal: el ayuno intermitente ha sido una herramienta clave para él. Solo realiza dos comidas al día (desayuno y almuerzo) y evita la cena, lo que le ha ayudado a mantener un peso saludable durante toda su vida adulta.
- Reducir o eliminar la carne: desde los 20 años no consume carne. Su dieta se basa en alimentos vegetales, frutos secos, frutas como el caqui o el mango, leche y huevos. Considera que una alimentación basada en plantas es esencial para la salud a largo plazo.
- Disminuir el consumo de azúcar: evita los azúcares añadidos y prefiere endulzar con frutas o recetas caseras como los waffles de avena que preparaba su esposa, acompañados de crema de anacardos o frutas rojas.
- Limitar las grasas saturadas: su recomendación es clara: obtener menos del 6% de las calorías totales a partir de grasas saturadas. En la práctica, esto equivale a seguir una dieta principalmente vegetariana.
Estos principios no prometen una vida eterna, pero sí pueden aumentar las probabilidades de vivir más años con buena salud y autonomía. Scharffenberg es el mejor ejemplo de que estos hábitos funcionan, y su vitalidad a los 101 años sigue siendo fuente de inspiración para miles de personas en todo el mundo.
El Confidencial