El pueblo de Portugal a los pies de un sierra y cerca de la frontera con España que esconde una espectacular catedral

La región del Alentejo es una de las más grandes de Portugal y se forma por tres particiones, en el sur con Beja, en el centro con Évora y al norte con Portalegre. Esta zona geográfica guarda años de historia, siendo su mayor punto clave su cercanía con la frontera de España. Así pues, castillos y murallas, así como un enclave natural de los más bonitos del país luso, son los principales reclamos turísticos para aquellos, sobre todo españoles, que deciden cruzar la línea fronteriza o bien por Huelva o bien por las provincias de Cáceres y Badajoz.
En este artículo vamos a viajar hasta Portalegre ciudad, la sede del municipio del norte alentejano que cuenta con más de 22.0000 habitantes y algunas reliquias del medievo y del barroco. Este municipio del Alentejo, además, es famoso por sus tapices y sus fábricas de corchos. El pueblo se levanta en los pies de la Sierra de São Mamede (San Mamés), por lo que siempre se dice que está entre la planicie seca alentejana y la zona serrana de la región.

Quizás otros pequeños pueblo del norte del Alentejo como Marvão o Castelo de Vide le reste turismo a Portalegre. Sin embargo, esta villa medieval fue un punto estratégico de la defensa del reino y se convirtió en un importante centro administrativo y económico. Este pueblo portugués destaca por tener un centro histórico laberinto de calles estrechas con fachadas históricas, variedad de puertas de entrada a la ciudad e importantes monumentos clave en su legado.
Buen ejemplo de ello es su castillo, conocido como Castillo de Portalegre, que inició su construcción en el siglo XIII y tiene una clara arquitectura militar medieval, pero también moderna y contemporánea, debido a diversas modificaciones de su historia reciente.
Portalegre ha sido siempre reconocida por sus tapices, por lo que el Museu da Tapeçaria (Museo de la tapicería) es otro de los atractivos turísticos de la ciudad, ubicado en la antigua casa noble de la familia Caldeira Castelo-Branco. Paseando por sus calles, se podrá disfrutar de aquellos edificios de influencia modernistas, así como las numerosas fuentes repartidas por el pueblo, dos de ellas situadas en la plaza de la República, antiguamente llamada Praça do Corro. Es este enclave el centro neurálgico de reunión de sus ciudadanos. Fue durante los siglos XIX y XX donde se albergó el mercado de la ciudad.

Aparte del castillo, otra de sus más importantes edificaciones es la Sé Catedral o Catedral de Portalegre. Aunque nació en el renacimiento tardío, sus restauraciones posteriores ya se hicieron bajo el barroco. Este templo está consagrado a la virgen de la Asunción y en su interior destacan 28 ventanales que la iluminan.
Quizás lo más característico de este lugar sagrado es la evidente arquitectura portuguesa, ya que se pueden encontrar paneles de azulejo del siglo XVII, así como un conjunto de pinturas manieristas. En la visita a la catedral, además, se pueden visitar la sacristía, también revestida de azulejos, esta vez del siglo XVIII y el claustro, construido en el mismo siglo.
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20minutos