Elemento hallado en la tumba maldita de Tutankamón podría revolucionar la medicina

Tutankamón, el undécimo faraón de la XVIII Dinastía, reinó alrededor de 1335 a. C., pero solo durante unos pocos años. Sin embargo, es una de las figuras egipcias más famosas: el arqueólogo británico Howard Carter descubrió su tumba en 1922. Su máscara funeraria de oro se ha vuelto legendaria. El faraón también está rodeado de leyenda: se dice que su tumba está maldita. Se dice que el equipo de investigadores que la descubrió murió prematuramente. Algunos perdieron la vida poco después del descubrimiento del lugar de enterramiento.
Tras investigaciones posteriores, se sospechó que un elemento muy específico hallado en la tumba era la causa de estas muertes. La tumba contenía Aspergillus flavus, un hongo peligroso que produce toxinas y puede causar infecciones pulmonares, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Con el calentamiento global, se teme su propagación.

Sin embargo, investigadores de Pensilvania han descubierto una forma de aprovechar este hongo. Según un nuevo estudio publicado en Nature Chemical Biology , podría transformarse en un eficaz agente anticancerígeno tras una modificación química. Los investigadores desactivaron ciertos genes de Aspergillus flavus y aislaron y purificaron cuatro moléculas llamadas asperigimicinas. Al analizarlas con células leucémicas, dos de ellas revelaron propiedades poderosas. En particular, fueron capaces de atacar las estructuras responsables de la división celular. Este fenómeno provoca la mutación de células sanas en cancerosas.
En un tercer estudio, los investigadores añadieron un lípido de jalea real, y se observó que era tan eficaz como los fármacos utilizados para tratar este tipo de cáncer, como la citarabina y la daunorrubicina. Ambos fármacos se asocian con una tasa de remisión de aproximadamente el 50 % al 80 %.
Sin embargo, estas moléculas han demostrado poca eficacia contra otros tipos de cáncer, como el de mama, hígado o pulmón. Estos resultados son aún preliminares: podrían realizarse posteriormente pruebas en animales. «Estos resultados demuestran que aún queda mucho por descubrir en cuanto a fármacos derivados de productos naturales. La naturaleza nos ha dado esta increíble farmacia», comenta Sherry Gao, autora principal del estudio, en un comunicado de prensa .
L'Internaute