Aranceles aduaneros de EE. UU.: Las negociaciones con la Unión Europea continúan entre bastidores

La Comisión Europea anunció el martes la suspensión hasta nuevo aviso de sus medidas de represalia contra los aranceles aduaneros impuestos por Donald Trump. Las negociaciones continúan y, además de los acuerdos importantes, a veces es necesario leer entre líneas.
/2024/03/04/emmanuel-cugny-65e6021ef3340792811771.png)
No es fácil ver con claridad las negociaciones, ya que Bruselas anunció el martes 5 de agosto la suspensión de sus represalias contra los aranceles aduaneros de Donald Trump, debido al acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea . La clave está en los detalles, y cada sector se cuida de no revelar más sobre su estrategia.
No debemos darle argumentos al enemigo, ni simplemente aprovechar los pocos márgenes de negociación que quedan con un presidente Donald Trump astuto e impredecible, capaz de decir cualquier cosa en cuestión de horas. Sobre todo porque algunos sectores son mucho más sensibles que otros y todos avanzan con paso sordo.
Si bien el sector aeronáutico está, por ahora, exento del aumento de impuestos, otros se encuentran en peores condiciones. Además, algunas empresas de alto valor añadido podrán operar con mayor facilidad en sus mercados para amortiguar el impacto de los impuestos sobre los productos terminados vendidos en territorio estadounidense. El equilibrio de poder también se establecerá en función de la competencia. Para un producto equivalente, el producto estadounidense normalmente tendrá preferencia sobre el importado de Europa.
Es difícil saber cómo avanzan las negociaciones en los sectores de la automoción o el vino y las bebidas espirituosas. Estos sectores temen los efectos negativos de los aranceles aduaneros en su competitividad y empleo. Actualmente están haciendo sus cálculos. Sabemos, por ejemplo, que el sector del lujo tiene mayor margen de maniobra que el de la cosmética, la química o las herramientas. Además, son pocos los grupos que admiten estar considerando establecerse directamente en Estados Unidos para producir localmente, con el fin de evitar tener que pagar aranceles sobre productos fabricados en Europa y luego importados y gravados en Estados Unidos. La tentación de irse también radica en aprovechar los bajos impuestos corporativos prometidos por Donald Trump.
Tomemos dos casos específicos: L'Oréal en cosmética y Sanofi en farmacéutica. L'Oréal, el gigante francés, genera casi el 40 % de sus ingresos en Estados Unidos, y su director general, Nicolas Hieronimus, ha sugerido que el grupo podría trasladar parte de su producción a territorio estadounidense. No hay más detalles disponibles por el momento.
Los productos farmacéuticos de Sanofi se encuentran entre los más exportados a Estados Unidos (120 000 millones de euros el año pasado, el 22 % del total de exportaciones, según Eurostat). El gigante farmacéutico francés anunció en mayo que invertiría 20 000 millones de dólares en Estados Unidos de aquí a 2030. Otros empresarios se ven tentados a seguir su ejemplo, pero se mantienen discretos para evitar la ira del ministro de Economía y Finanzas, Éric Lombard, quien invoca constantemente el respeto a la soberanía francesa y europea.
Francetvinfo