En Alemania, el delicado cambio hacia el armamento de los subcontratistas automotrices

Thomas Hirsch ha acordado reunirse en Berlín, no en Eichstätt, Baviera, donde tiene su sede su empresa. Es imposible encontrar un día más en su agenda: el empresario es un hombre muy solicitado en la capital y en otros lugares. Su PYME, Hirsch Engineering, es una de las pocas que ha realizado muy tempranamente la delicada transición de la subcontratación automotriz a la fabricación de armas. En un momento en el que cientos de empresas del sector se declaran en quiebra, se deslocalizan y suprimen empleos, la transición hacia la industria de defensa alimenta las esperanzas de reactivación económica, frente al descenso sostenido de las ventas de automóviles, las dificultades de la transición eléctrica y la competencia despiadada de los fabricantes chinos.
Tuve un punto de inflexión en 2020, en plena pandemia de COVID-19, con el impacto de las interrupciones en la cadena de suministro. "El riesgo de dependencia me saltó a la vista y tuve que diversificar mi negocio", dice este emprendedor bávaro de 36 años, quien fundó una empresa en 2016 que produce piezas mecánicas de precisión, inicialmente para fabricantes y proveedores de automóviles. Cuando abrió su negocio en Eichstätt, la idea de que el gigante local, Audi, pudiera quebrar algún día era impensable. El gigante automovilístico con sede en Ingolstadt, que había asegurado la prosperidad de la región durante treinta años, vio cómo sus ventas y margen operativo se desplomaban en tan solo unos años, poniendo en peligro la existencia de docenas de subcontratistas.
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Le Monde