En Suecia, una iglesia de 600 toneladas fue trasladada 5 kilómetros para permitir la ampliación de una mina de hierro.

Una proeza técnica al servicio de la minería. La magnífica iglesia de madera roja de Kiruna, en el norte de Suecia, inició su traslado a su nueva ubicación a cinco kilómetros de distancia el martes 19 de agosto. Kiruna Kyrka, una iglesia luterana inaugurada en 1912 y considerada uno de los edificios más bellos de Suecia, fue cargada en un convoy especial: vigas y dos filas de remolques. Este fue un paso simbólico en la reubicación de la ciudad para dar cabida a la expansión de una mina de hierro, que se asienta sobre uno de los yacimientos más grandes del mundo .
A pesar de su baja velocidad (entre 500 metros y 1 km/h), una breve pausa para almorzar y frecuentes revisiones técnicas dentro de la iglesia, llegó a su destino del día más de una hora antes de lo previsto. Está previsto que el transporte se reanude el miércoles por la mañana.
Uno de los aspectos más complicados del viaje, meticulosamente organizado, fue la partida, según informaron las autoridades. El convoy, con un peso total de 1200 toneladas —600 de las cuales eran para la iglesia de 40 metros de ancho—, tuvo que dar un giro y descender una ligera pendiente para llegar a la carretera principal que tomaría. Como preparación, se excavó el terreno alrededor de la iglesia, lo que permitió colocar grandes vigas amarillas debajo para poder subir el edificio a remolques.
Durante todo el recorrido del martes, trabajadores con chalecos amarillos y cascos de seguridad se movilizaron alrededor de la estructura, tomando medidas y realizando pruebas para garantizar que todo iba según lo planeado.
«Esperemos que mañana vuelva a ser un paseo por el parque», dijo Jan Moström, director de la mina LKAB, admitiendo estar «un poco preocupado». El viaje, que fue bendecido por la obispa Åsa Nyström y la sacerdotisa Lena Tjärnberg, vicaria de Kiruna, finalizará el miércoles por la tarde en presencia del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia.
Todo el centro de Kiruna se está reubicando debido a la explotación de un enorme yacimiento de mineral de hierro por parte del grupo LKAB. A medida que las actividades mineras se han expandido, con el objetivo de excavar a mayor profundidad (la empresa actualmente extrae a una profundidad de 1,3 km), la estabilidad del terreno bajo Kiruna se ha debilitado, aumentando el riesgo de derrumbe en algunas zonas.
El proyecto de reubicación comenzó hace casi veinte años y se espera que continúe al menos hasta 2035. Incluso se inauguró un nuevo centro urbano en septiembre de 2022.
Se estima que la reubicación de la iglesia, financiada íntegramente por LKAB, costará 500 millones de coronas (44,8 millones de euros). Atrajo a varios miles de visitantes curiosos.
El imponente edificio, diseñado por el arquitecto sueco Gustaf Wickman, combina diversas influencias arquitectónicas. Motivos inspirados en los samis, el pueblo indígena de la región, adornan los bancos. Su singular silueta se distingue por un exterior neogótico rojo, con tejados de pronunciada pendiente que descienden hasta el suelo y grandes ventanales a ambos lados. El oscuro interior presenta elementos del estilo romántico nacional, así como un retablo Art Nouveau (un panel fijado al altar) pintado por el príncipe Eugenio de Suecia (1865-1947), que representa un paisaje en tonos pastel inspirado en sus viajes por la Toscana y el suroeste de Suecia.
De los 23 monumentos culturales ya trasladados, la Iglesia de Kiruna será la más imponente, explica LKAB, que describe la reubicación como "un acontecimiento único en la historia mundial". Esta joya arquitectónica "se estudió meticulosamente para su traslado, con el fin de preservar al máximo los valores culturales, incluyendo el traslado cuidadoso del retablo y el órgano", asegura el industrial.
"En cuanto a la iglesia, decidimos trasladarla de una sola pieza", explicó Stefan Holmblad Johansson, director de proyecto del fabricante, quien afirmó haber abordado el proyecto con gran reverencia. "Este no es un edificio cualquiera, es una iglesia", insistió. El campanario, que se encuentra junto a la iglesia, se trasladará una semana después del resto del edificio.
Libération