Salud. Fotosensibilización: Cuando el sol y los medicamentos no se llevan bien

La fotosensibilización, a veces incorrectamente llamada "alergia solar", es una reacción exagerada de la piel a los rayos solares. Puede manifestarse con picazón, enrojecimiento o inflamación cutánea.
En algunos casos puede desencadenarse o agravarse por la toma de medicamentos, convirtiendo el tratamiento habitual en una trampa inesperada.
Fototoxicidad: una reacción inmediataLa fototoxicidad es la forma más común de fotosensibilización inducida por fármacos. Se produce rápidamente, a las pocas horas de la exposición solar. La piel reacciona como si hubiera sufrido una quemadura solar grave, a veces con la aparición de ampollas dolorosas.
Esta reacción tiene dos variantes según la vía de administración del fármaco. Si se aplica una crema o ungüento fotosensibilizante, solo se verán afectadas las zonas tratadas.
Esto se denomina fotosensibilización por contacto. Sin embargo, si toma medicamentos por vía oral o inyectable, cualquier zona expuesta al sol puede reaccionar, ya que el producto circula por todo el cuerpo.
La intensidad de la reacción depende de varios factores: la intensidad de la exposición al sol, el tipo de medicamento, la dosis y el tipo de piel. Las personas de piel clara son naturalmente más vulnerables, pero incluso las de piel oscura no son inmunes.
¿La buena noticia? Esta reacción desaparece gradualmente al suspender el medicamento o evitar la exposición al sol.
Fotoalergia: más rara pero más persistenteLa fotoalergia es un mecanismo más complejo y, afortunadamente, menos frecuente. Solo se presenta en personas predispuestas que ya se han "sensibilizado" por una exposición previa a una combinación de medicamentos y rayos UV.
Una vez establecida esta sensibilización, incluso una mínima exposición al sol puede desencadenar una reacción, siempre y cuando la persona continúe con el tratamiento. A diferencia de la fototoxicidad, las lesiones no se limitan a las zonas expuestas y pueden extenderse a las partes cubiertas del cuerpo. Estas lesiones son más similares al eccema o la urticaria.
Esta forma de fotosensibilización es más preocupante porque desaparece lentamente después de suspender el medicamento y, a veces, puede persistir durante mucho tiempo.
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La lista de medicamentos potencialmente fotosensibilizantes es más larga de lo que se cree. Ante todo, es importante saber que los medicamentos fotosensibilizantes tienen un símbolo distintivo (un pictograma que representa un sol parcialmente oculto dentro de un triángulo rojo) en su envase para facilitar su identificación.
Fotografía Adobe Stock
La lista de medicamentos potencialmente fotosensibilizantes es más larga de lo que se cree. Ante todo, es importante saber que los medicamentos fotosensibilizantes tienen un símbolo distintivo (un pictograma que representa un sol parcialmente oculto dentro de un triángulo rojo) en su envase para facilitar su identificación.
Entre los culpables más comunes se encuentran ciertos antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antihistamínicos, antidepresivos, diuréticos, inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, etc.), inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), sedantes, estatinas, etc.
Los tratamientos tópicos no se quedan atrás: ciertos productos contra el acné, antisépticos, tratamientos antifúngicos o cremas antialérgicas también pueden causar problemas.
Se desprende una regla general: los medicamentos tomados por vía oral o inyectados causan con mayor frecuencia fototoxicidad, mientras que los productos aplicados directamente sobre la piel tienden a desencadenar fotoalergias.
¿Cómo protegerse?La prevención sigue siendo tu mejor aliada. Lee atentamente las instrucciones de tu medicamento y no dudes en consultar a tu farmacéutico o médico sobre los riesgos de la fotosensibilización.
Si es absolutamente necesario exponerse al sol mientras se realiza un tratamiento de riesgo, aumente la protección: protector solar de factor alto, ropa que cubra y evite las horas más calurosas.
Le Progres