La cerveza cuesta menos de 2 euros, la pizza 5 euros: este país a 3 horas de París ofrece playas vírgenes.

Los precios siguen desafiando toda competencia en este balneario a 3 horas de París.
Se acerca el verano, y la búsqueda de un destino asequible se vuelve cada vez más difícil año tras año. A pocos minutos de París, todavía hay balnearios con precios atractivos. Si bien Croacia se ha ganado la reputación de ser un destino de moda y asequible en los últimos años, la ganga se desvaneció rápidamente a medida que los turistas de Europa Occidental descubrieron los encantos de Dubrovnik, Hvar, Šibenik y Zadar.
Este no es (todavía) el caso más al este. Esta región poco conocida guarda tesoros para los viajeros que buscan tranquilidad y un cambio de aires, todo a precios inmejorables. ¡Bienvenidos a la costa norte del Mar Negro, en la frontera entre Bulgaria y Rumanía! Vama Veche, un antiguo pueblo pesquero convertido en un bohemio balneario, y Durankulak, el último pueblo búlgaro antes de Rumanía, son dos paradas imprescindibles. Aquí no hay grandes complejos turísticos, sino encantadoras casas de huéspedes, campings frente al mar y algunos hoteles sencillos. El ambiente es relajado, propicio para relajarse y conocer gente.

El principal atractivo de la región son sus largas playas de arena. La de Durankulak es particularmente hermosa, extendiéndose hasta donde alcanza la vista. El lago adyacente, un sitio natural protegido por Ramsar, ofrece un espectáculo impresionante en invierno, cuando miles de aves migratorias, como gansos, patos, cisnes y pelícanos, acuden aquí.
En cuanto a presupuesto, ¡es uno de los lugares más asequibles de Europa! El precio ronda los 20 € por noche en un camping, y entre 40 y 60 € por una habitación doble en un hotel. Según datos del medio búlgaro Blitz.bg, una pizza cuesta unos 5 € en Vama Veche, y una cerveza local, entre 1 € y 2,50 €. Estos precios inmejorables atraen a una clientela joven y moderna de Bucarest, pero también de Europa e incluso de Dubái, según un experto local.
Para disfrutar plenamente de la región, lo mejor es alquilar un coche. El aeropuerto de Varna, en Bulgaria, a solo 3 horas de vuelo directo desde París con Transavia en verano, es la puerta de entrada ideal. Desde allí, las playas de Durankulak están a solo una hora en coche. Pero la noticia de este pequeño paraíso empieza a correr la voz. El aumento de las reservas sugiere una temporada muy buena. Los profesionales del turismo advierten de los riesgos de masificación y gentrificación, que amenazan el espíritu alternativo y natural de la zona.
L'Internaute