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Vídeo. Dordoña: Un musher profesional ofrece experiencias de trineo tirado por perros.

Vídeo. Dordoña: Un musher profesional ofrece experiencias de trineo tirado por perros.

Julien Lafargue, de 33 años, vuelve a disfrutar del trineo tirado por perros en los senderos sombreados del Périgord Vert

El cambio climático nos afecta a todos. Incluso a los mushers, los conductores de trineos tirados por perros. Debido a la falta de nieve en las estaciones de esquí, los profesionales del mushing se ven obligados a reinventarse lejos de las cumbres. Prueba de ello es el viaje de Julien Lafargue, de 33 años, quien ejerce su profesión en los alrededores del pequeño pueblo de Soudat, en la frontera entre las regiones de Dordoña y Charente. Aunque todavía trabaja ocasionalmente en la montaña una o dos semanas al año, este nativo del Périgord adoptado ofrece ahora sus primeras experiencias con trineos tirados por perros en rutas diseñadas originalmente para senderismo y ciclismo.

No busque lagos congelados ni picos nevados. El paisaje de estas caminatas es el del Gran Norte del Périgord, con sus verdes colinas, su frondoso bosque caducifolio y el elegante río Tardoire. Las temperaturas son más frescas que en las prístinas llanuras de Alaska, y la vida animal es más vibrante que en los témpanos de hielo del Ártico. Pero la magia funciona, incluso en las mentes menos receptivas a los encantos del campo.

Julien Lafargue se formó como musher profesional.
Julien Lafargue se formó como musher profesional.

Stéphane Klein/SO

Tampoco busque un trineo de esquí, equipado con piel de animal para protegerse de los fuertes vientos. El carro de Julien Lafargue es similar a un kart, montado sobre cuatro ruedas todoterreno. Calderero a tiempo parcial, lo construyó él mismo para garantizar la perfecta maniobrabilidad de la máquina. "Me aseguré de que la comodidad fuera la máxima posible para los participantes en el recorrido", explica el musher profesional, quien mostró el mismo cuidado por su equipo.

habitantes de Alaska

A falta de un trineo romántico, Julien Lafargue posee una manada de canes. 21 en total, la mayoría de los cuales son alaskeños, perros adaptados por el hombre para tirar de equipos en entornos del norte. "Descienden de una larga tradición de cruces entre huskies y perros locales de Alaska", comenta su dueño.

El musher cuida al máximo a sus 21 perros.
El musher cuida al máximo a sus 21 perros.

Stéphane Klein/SO

A diferencia de los huskies, conocidos por su capacidad para escaparse y su pereza en largas distancias, «los de Alaska saben escuchar y tienen mucha resistencia. Pueden recorrer hasta 1.800 kilómetros sin quejarse», afirma Julien Lafargue, quien los compara con los purasangres. «Comparados con ellos», añade, «los huskies son como ponis de escuela para montar».

Julien Lafargue interviene para poner en orden a Chouchou, uno de sus alaskan.
Julien Lafargue interviene para poner en orden a Chouchou, uno de sus alaskan.

Stéphane Klein/SO

Delante del kart, diez perros resoplan alrededor de una cuerda larga en un concierto de ladridos que no tiene nada de sinfónico. Ninguno tiene la misma morfología, lo cual no sorprende. «Los perros de Alaska no se definen por ninguna raza estandarizada. Esto explica la heterogeneidad de su físico», explica su dueño.

Altos, bajos, anchos de hombros o delgados, todos encuentran su lugar en el equipo según sus predisposiciones. Este sábado 10 de mayo, por la mañana, Nora y Sanka, dos perros guía, han sido elegidos para dirigir el baile. Rubén y Rooky, los dos "perros de balanceo", estarán allí para ayudarlos en caso de duda o cansancio. Habrá un montón de cuatro para guiar a sus compañeros y a los dos "perros de rueda", los más fuertes del equipo, que están justo delante del kart.

Sensaciones
“Siempre que la temperatura no supere los 15 grados, pueden correr sin cansarse”.

Al oír la voz de Julien Lafargue, el equipo despega como un cohete. La barandilla del kart se balancea violentamente al rozar las piedras que ruedan por el suelo. «Aquí vamos a disfrutar de una hora y media de emociones», dice el musher, conduciendo la máquina como un marinero en alta mar. El trineo reduce la velocidad en las subidas y vuelve a ganar velocidad en las bajadas: «Están bien. Mientras la temperatura no supere los 15 grados, pueden correr sin cansarse», dice Julien Lafargue, quien felizmente toma los senderos sombreados para proteger a sus animales.

El trineo de Julien Lafargue no está equipado con esquís, sino con ruedas todoterreno.
El trineo de Julien Lafargue no está equipado con esquís, sino con ruedas todoterreno.

Stéphane Klein/SO

Cuando se les ordena detenerse, los perros se detienen de inmediato. Pero la paciencia no es su fuerte. Pronto, los caninos patalean y estallan los ladridos. Chouchou, uno de los impulsores del equipo canino, está impaciente, mordisqueando su correa. "¡Chouchou, regresa! ¡Chouchou, escúchame!" Julien Lafargue se ve obligado a repetirlo, pero el proceso no dura mucho. Chouchou regresa a la fila. Listo para volver.

Información práctica. Precios: adultos, 54 euros; niños, 42 euros. Información en la página web momentnordique.com.

Senderismo con perros En verano, cuando la temperatura supera los 15 grados, Julien Lafargue ofrece cani-rando: sus clientes pasean por el campo, acompañados por huskies que pueden arrastrarlos por terrenos irregulares. Precio: 25 euros por media jornada.
SudOuest

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