El cierre de espacios comunitarios alimenta los disturbios de Southport

El cierre de espacios comunitarios alimentó un “polvorín” para que la extrema derecha provocara disturbios en Southport , sugirió un grupo de expertos.

El cierre de clubes juveniles, centros de ocio, pubs y muelles ha provocado un debilitamiento del tejido social de las áreas locales y ha dejado a las comunidades más vulnerables a la influencia de la extrema derecha, según el Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IPPR).

La Dra. Sacha Hilhorst, autora del artículo, afirmó: « Los disturbios de Southport fueron una llamada de atención , un duro recordatorio de lo que puede ocurrir cuando las comunidades pierden los lugares que antaño unían a la gente. Ante la falta de espacios compartidos, la desinformación y el odio pueden llenar el vacío, creando un caldo de cultivo para la violencia».

Reconstruir la infraestructura local no es solo cuestión de nostalgia; es un baluarte vital contra la división y la peligrosa influencia de la extrema derecha. Pero las comunidades no son apáticas. Anhelan lugares donde reunirse, organizarse y sentirse parte de la comunidad. Necesitamos una nueva generación de instituciones que les ayude a lograr precisamente eso.

Unos 50 pubs en el Reino Unido cierran permanentemente cada mes, mientras que aproximadamente 600 clubes juveniles cerraron entre 2012 y 2016, según el IPPR.

Agregó que sólo uno de cada 40 británicos es ahora parte de un club social, en comparación con uno de cada 10 cuando el Partido Laborista estaba en el poder por última vez.

El Dr. Parth Patel, director asociado del IPPR, afirmó: «Donde se pierden los espacios compartidos, se arraiga una sensación de decadencia y desconexión, y con ella, prosperan alternativas peligrosas. La extrema derecha está explotando el vacío donde antes residía la solidaridad; se aprovecharon del deterioro de Southport para sembrar el desorden».

Si nos tomamos en serio la renovación social, debemos reconstruir la infraestructura cívica que antaño ayudó a las personas a apoyarse mutuamente y a forjar sus comunidades. Esto implica ir más allá de los fondos a corto plazo o la participación simbólica, e invertir en espacios compartidos que las personas puedan considerar propios.

El artículo se publica un año después de los disturbios que comenzaron en Southport y se extendieron por todo el Reino Unido el pasado mes de julio.