Primer fin de semana de restricciones de alcohol: el requisito para reincidentes ya está oficialmente en vigor. Cómo funciona.

ROMA – Con el inicio del éxodo estival llega la introducción del alcoholímetro, un dispositivo que impide el arranque del motor si la tasa de alcohol en sangre del conductor supera los 0,8 g/l. Este dispositivo debe instalarse en los vehículos utilizados por conductores condenados por conducir ebrios. La norma, incorporada al nuevo Código de Circulación en diciembre, entró oficialmente en vigor tras la publicación en el Diario Oficial del decreto de aplicación del Ministro de Infraestructuras y Transportes, que contiene las características e instrucciones de instalación del alcoholímetro.
El dispositivo, que debe calibrarse anualmente y contar con un precinto para evitar alteraciones o manipulaciones tras su instalación, funciona como un alcoholímetro real. Antes de conducir, el conductor debe soplar en el alcoholímetro, lo que impedirá que el motor arranque si su nivel de alcohol en sangre es superior a cero. La obligación de instalar un alcoholímetro se aplica a los conductores que hayan sido condenados definitivamente por conducir bajo los efectos del alcohol y cuyo permiso de conducir, tras el periodo de suspensión, sea expedido por el prefecto, con códigos específicos que exigen que el dispositivo permanezca instalado durante dos o tres años, dependiendo de si el conductor conduce bajo los efectos del alcohol. La condena se refiere a la determinación de un nivel de alcohol en sangre de 0,8 g/l a 1,5 g/l o superior a 1,5 g/l.
Quienes intenten burlar el sistema de bloqueo de alcohol haciendo que otros soplen la puerta y luego vuelvan a conducir, o manipulen los precintos, se enfrentarán a fuertes multas de hasta 600 euros y a sanciones adicionales en su permiso de conducir.
La lista de instaladores autorizados y modelos de vehículos en los que se puede instalar cada dispositivo de bloqueo de alcoholemia se publicará en el sitio web del Ministerio de Infraestructura y Transporte.
La Asociación Italiana de Peritos de Daños (AIPED) estima que el coste de instalar alcoholímetros en los coches será de aproximadamente 2.000 € por vehículo, a lo que hay que sumar los costes de calibración periódica exigidos por el decreto, el mantenimiento y el coste de las boquillas desechables. Además, la AIPE advierte del riesgo de posibles acciones legales por parte de los conductores afectados por el nuevo dispositivo. En concreto, destaca que, si bien el conductor debe verificar que el certificado de calibración tenga el intervalo de calibración válido, no especifica quién es responsable de verificar la correcta calibración. Además, ¿qué ocurre si el precinto se daña por accidente o en un accidente de tráfico? ¿Quién garantiza, pregunta la AIPE, que un precinto dañado no conlleve automáticamente una acusación de manipulación? Existe, además, la paradoja de las familias con un solo coche: si se instala un alcoholímetro, todos los demás miembros de la familia, para poder arrancar el coche, también deberán tener una tasa de alcohol en sangre cero.
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