Aranceles estadounidenses del 15% al vino italiano: un impacto de 317 millones de euros. Frescobaldi: «Al menos el 80% del sector será penalizado».

El sector vitivinícola italiano, primer sector agroalimentario en términos de exportaciones a Estados Unidos (con una facturación de 1.900 millones de euros sobre un total de 7.800 millones), afronta una gran preocupación por la nueva estructura comercial entre Europa y Estados Unidos, con un arancel del 15% vigente desde el 1 de agosto y la no exención del sector de las bebidas espirituosas, como se había previsto durante las negociaciones.
Los temores de las bodegas italianas se deben a que evalúan el nuevo régimen no a la luz de las amenazas del presidente estadounidense (quien incluso propuso un arancel del 30% a las importaciones procedentes de Europa), sino a la luz de la situación previa al regreso de Trump a la Casa Blanca. Hasta enero pasado, el arancel promedio aplicado al vino italiano era del 2,9%. Actualmente, por lo tanto, con un arancel del 15%, el impuesto sobre las botellas italianas se ha quintuplicado en menos de siete meses.
«Con el arancel del 15%», comentó Lamberto Frescobaldi, presidente de la Unión Italiana del Vino, «al menos el 80% del vino italiano corre el riesgo de verse penalizado. Estimamos que el daño a nuestras empresas asciende a aproximadamente 317 millones de euros, acumulados durante los próximos 12 meses, mientras que para los socios comerciales extranjeros, la pérdida de ingresos alcanzará casi los 1.700 millones de dólares. El daño ascendería a 460 millones de euros si el dólar mantuviera su devaluación actual. Ahora, instamos al gobierno italiano y a la UE a que consideren las medidas adecuadas para salvaguardar un sector que ha crecido significativamente gracias a los compradores estadounidenses. La reunión de hoy en Escocia entre los presidentes Trump y von der Leyen», añadió Frescobaldi, «al menos ha resuelto la incertidumbre que paralizaba el mercado; ahora la cadena de suministro deberá asumir la pérdida de ingresos para minimizar los márgenes comerciales».
Federvini también expresó su gran preocupación. «Un arancel propuesto del 15% plantea un problema crítico para el sector», explicó el presidente de Federvini, Giacomo Ponti, «y el objetivo común sigue siendo lograr un porcentaje menor, más sostenible para nuestras empresas, teniendo en cuenta que lo óptimo sería cero aranceles. Esperamos que, para el 1 de agosto, tengamos mayor margen de maniobra para fortalecer nuestras relaciones comerciales con un socio clave y aliado estratégico como Estados Unidos. Lo que está en juego no es solo un segmento industrial, sino un modelo de producción basado en la calidad, la identidad y las relaciones internacionales forjadas a lo largo del tiempo».
«Según nuestros análisis», añadió el presidente de la UIV, Frescobaldi, «a principios de año, una botella italiana que salía de la bodega por 5 euros se vendía en los estantes por 11,50 dólares; ahora, entre los aranceles y la devaluación del dólar estadounidense, el precio de la misma botella se acerca a los 15 dólares. En consecuencia, si bien el precio final de venta aumentó un 123 % con respecto al valor original, a partir de hoy se disparará hasta el 186 %».
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