De la construcción a los barcos de la Guardia Costera, el recorrido del grupo Piloda
Hace casi 30 años, en 1997, el Puerto de Génova vendió un dique seco flotante de gran capacidad (350 metros de largo, 80 metros de ancho y 25 metros de alto, con capacidad para buques de hasta 100.000 toneladas) a Karaman Sadikoglu, empresario al frente del astillero turco Tuzla Shipyard & Tourism, quien lo remolcó hasta Turquía. Actualmente, sigue operativo. Recientemente, un dique seco flotante llegó remolcado desde Turquía, aparentemente por una ruta inversa, a otro importante puerto italiano: Nápoles.
Se trata de una estructura de 143 metros de largo y 30 metros de ancho con una capacidad de elevación de hasta 6.000 toneladas. Fue adquirida y transportada al puerto de Nápoles por el Astillero Piloda, la división náutica del Grupo Piloda, fundada en la década de 1960 en Nápoles por Donato Di Palo, e inicialmente centrada principalmente en proyectos de construcción urbana, como la Universidad Politécnica y el estadio municipal. A partir de estas experiencias, se desarrolló una historia empresarial que, mediante la evolución y la diversificación, dio lugar a la creación de una red de empresas, entre las que se encuentra el Astillero.
La primera inversión en el sector náutico y marítimo se realizó en el puerto de Forio d'Ischia en 2014, seguida de inversiones más recientes en astilleros en los puertos de Brindisi y Nápoles. Las inversiones realizadas para completar estas adquisiciones ascendieron a aproximadamente 60 millones de euros.
El muelle, llamado Donn'Anna, explica Di Palo, director general del grupo Piloda, «se construyó en 2007, pero recientemente se sometió a una importante modernización, con mejoras en los sistemas eléctricos y de automatización. El coste de adquisición superó los 15 millones de euros, mientras que el transporte desde Turquía hasta Nápoles costó aproximadamente 400.000 euros».
La instalación fue diseñada para satisfacer las crecientes necesidades de la división militar de la compañía, que recientemente obtuvo un importante contrato de defensa naval: «El pedido», explica Di Palo, «es para la construcción de buques para la Guardia Costera; implica la construcción de 40 buques SAR (Búsqueda y Rescate), cada uno de 14 metros de eslora, e incluye servicios de apoyo para todos ellos durante los primeros 10 años de operación. El acuerdo está valorado en aproximadamente 150 millones de euros».
Piloda ha ganado la licitación pública para la construcción de estos buques. En una primera fase, se construirán cuatro unidades que constituirán el núcleo inicial del pedido. Los buques se desarrollarán a partir de un diseño de la empresa turca VN Maritime Technologies, que incorpora la tecnología patentada ÖK Hull, licenciada por la empresa islandesa Rafnar. La colaboración entre ambas empresas se centra en la integración de tecnologías de vanguardia, con especial énfasis en el uso de inteligencia artificial y sistemas de control remoto para drones de superficie y submarinos. De hecho, uno de los objetivos de la colaboración entre Piloda y VN es el desarrollo de proyectos conjuntos para sistemas no tripulados.
Mientras tanto, en Nápoles, tras un viaje de más de mil millas náuticas (coordinado por Cafimar, en colaboración con su filial Somat), ha llegado el nuevo muelle que contribuirá al desarrollo de estos proyectos. Según explica la empresa, su diseño ofrece máxima autonomía operativa, alta eficiencia técnica y un impacto ambiental reducido.
Las características principales de la estructura flotante incluyen sistemas independientes (dos grúas montadas sobre raíles, seis cabrestantes, generadores, sistemas autónomos de iluminación y electricidad, así como tanques integrados para la recolección de agua de dique seco); un sistema digital integrado con software propietario (que permite operaciones simultáneas seguras, reduciendo el tiempo de inactividad del barco y optimizando los costos); y una gestión ambiental avanzada (un sistema interno y autónomo para contener y vaciar hasta 50.000 litros de agua de sentina y dique seco, eliminando la necesidad de barcazas externas y reduciendo el impacto ambiental).
Además del sector náutico, como ya se ha mencionado, el grupo lleva mucho tiempo involucrado en la construcción. A través de su división operativa, Piloda Building, opera en diversos sectores y lleva a cabo importantes proyectos, especialmente en Campania. En Scampia, Piloda Building está completando un ambicioso proyecto destinado a transformar el antiguo emplazamiento de Vela Verde en un moderno ecobarrio. El proyecto contempla la construcción de 145 nuevos apartamentos: 97 distribuidos en los tres edificios del Lote A y 48 en el Lote L. El ecobarrio, rodeado de vegetación, también incluirá guarderías, un centro cívico y amplios espacios comunitarios. Todos los edificios se construirán con estándares de eficiencia energética, garantizando un impacto ambiental mínimo y un alto nivel de confort. El proyecto involucra a 100 trabajadores, 25 subcontratistas especializados y 50 ingenieros y diseñadores de Piloda Building.
Se trata de la reurbanización suburbana, pero con un enfoque diferente, ya que en muchos casos trabajamos con los propios residentes. Nos referimos al proyecto que el Grupo Piloda está llevando a cabo en el edificio P4 de Comprensorio 10, ubicado en Via Edoardo Scarpetta, en el barrio de Ponticelli de Nápoles. Este barrio se desarrolló originalmente como un complejo de viviendas sociales tras el terremoto y se ubica en una zona estratégica para la ciudad de Nápoles, cerca de la salida Ponticelli-Barra de la carretera estatal 162, Via Argine, y del polideportivo Palavesuvio.
El proyecto, contemplado en un contrato de 30 millones de euros, está promovido por el Ayuntamiento, con el apoyo técnico de una unión temporal de profesionales (Studio Settimana7, Perillo Ingegneria, Stain Engineering y Studio Valle), y forma parte del programa nacional "Seguro, Verde y Social", financiado por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), cuyo objetivo es la rehabilitación de viviendas sociales. El proyecto busca transformar una zona degradada durante años en un modelo de habitabilidad, eficiencia energética y seguridad sísmica, promoviendo la cohesión social.
Finalmente, el grupo está trabajando en las nuevas obras, recién iniciadas, del Aeropuerto Capodichino de Nápoles. La ampliación del aeropuerto de Nápoles está en marcha, tras un crecimiento récord del tráfico aeroportuario. Está previsto que las obras se completen gradualmente hasta 2026, lo que hará que el aeropuerto sea más eficiente, moderno y accesible, en línea con los más de 12,6 millones de pasajeros previstos para 2024.
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