Los triunfalismos tontos sobre el referéndum también están en la derecha

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El centroderecha ha comentado el resultado de los referendos con tono triunfal. ¿Es correcto hacerlo? En realidad, no. Si no es cierto que se emitió una orden de desalojo para Giorgia Meloni, como repitió el secretario del Partido Demócrata, no es cierto que haya recibido una posible extensión de cinco años más de su mandato, como dijo la propia primera ministra . Sacar conclusiones sobre el efecto del referendo en el voto político es una apuesta arriesgada, basada en demasiadas insinuaciones difíciles de probar, en un sentido u otro. El centroderecha no tiene la mayoría de votos, nunca la ha tenido, pero es una coalición más compacta en el comportamiento de su electorado, y por eso obtuvo en la cuota mayoritaria los escaños que le faltaban para alcanzar la mayoría de escaños en la Cámara y el Senado. ¿Se puede deducir del comportamiento electoral en el referendo que esta situación ha cambiado? No lo parece. Así pues, la situación del centroderecha sigue igual: si la oposición actual lograra unificar a sus votantes en torno a un candidato con la cuota mayoritaria, a diferencia de lo ocurrido en las elecciones políticas de hace dos años, la situación podría revertirse. La clave está en la capacidad de generar un sentimiento común en las coaliciones, y en esto, al menos hasta ahora, el centroderecha se ha mostrado más eficaz. De esto a interpretar el referéndum como una especie de garantía para la continuidad del gobierno también en la próxima legislatura, queda un largo camino por recorrer. Es cierto, sin embargo, que los intentos de la izquierda en las calles y en el referéndum no han sido concluyentes. Ni siquiera la ronda de elecciones regionales parece capaz de cambiar esta situación: un resultado decepcionante para el centroderecha debería, a menos que Salvini tenga alguna astuta reflexión, tener efectos devastadores. La votación servirá esencialmente para emitir un juicio sobre los resultados del gobierno, que no son catastróficos, como afirma la propaganda de la oposición, pero tampoco indiscutiblemente positivos. La capacidad de la probable coalición alternativa para unirse en torno a objetivos verdaderamente comunes también contará, y éste es y sigue siendo el problema fundamental del centroizquierda.

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