Mattarella: "Atacar donde se reza y hay hambre genera odio".

El Jefe de Estado habló hoy desde Tesero, en Trentino-Alto Adigio, en la ceremonia conmemorativa del cuadragésimo aniversario de la masacre de Stava. Posteriormente, en Rovereto, también en Trentino, durante una visita a la Campana de los Caídos, Mattarella destacó cómo, con las recientes "guerras de anexión territorial" o guerras en las que "se dispara y mata en lugares de culto o donde se distribuye comida y agua", están resurgiendo "sombras" que pertenecían a la época oscura.

Mattarella recordó la perspicacia de Don Antonio Rossaro, hace cien años, al lanzar la campana de María Dolens desde los cañones de todos los países que participaron en la Primera Guerra Mundial, como señal de paz. «Este regreso», dijo, aludiendo a sus visitas anteriores, «es precioso en este momento histórico de la vida internacional, cuando, en completo contraste con los deseos, aspiraciones y expectativas de la humanidad en todos los continentes, en todas partes del mundo, resurgen sombras que se creían inexistentes: quienes creen poder reintroducir guerras de anexión territorial que pertenecieron a las épocas oscuras de siglos pasados, o quienes creen poder restaurar el dominio del más fuerte sobre el más débil, o quienes creen poder bombardear a civiles en sus hogares, o cuando presenciamos la masacre de jóvenes que celebran mientras escuchan música».

"En esta situación", continuó el Jefe de Estado, "ya no nos limitamos a la triste tarea de atacar a los soldados enemigos, sino que también disparamos y matamos en lugares de culto, en lugares donde se distribuye agua a los sedientos y pan a los hambrientos, y atacamos a los socorristas que ayudan a los heridos".

«Todo esto crea un contraste radical», enfatizó Mattarella, «no solo con las expectativas de la humanidad, sino que también corre el riesgo de introducir una espiral de resentimiento, odio y oposición que, a su vez, genera constantemente más violencia. Por eso es importante este regreso a Maria Dolens. Esta situación nos insta a relanzar el mensaje que comenzó aquí hace 100 años. Un estado de esperanza al que la humanidad aspira y que debe prevalecer sobre lo que está sucediendo y lo que tristemente presenciamos». «Lo que está sucediendo a menudo genera desorientación en la vida internacional y también en la vida cotidiana de las personas, por eso —repito— este regreso aquí es precioso. Que el tañido de Maria Dolens exprese no solo un renovado pesar por lo que está sucediendo, sino también, y sobre todo, estamos convencidos, un mensaje de paz y esperanza».