La rendición del gobierno en materia de salud


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Editoriales
Las enmiendas al proyecto de ley de Servicios de Salud presentadas por la mayoría no solo carecen de visión, sino que también parecen reflejar una progresiva rendición en la gestión del Servicio Nacional de Salud. Un sistema de salud más sólido no se puede construir externalizando sus funciones.
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Las enmiendas al proyecto de ley de Servicios de Salud presentadas por la mayoría en la Comisión de Asuntos Sociales de la Cámara de Diputados no solo carecen de visión, sino que también parecen reflejar un colapso progresivo en la gestión del NHS. En lugar de revitalizar el sistema, estamos presenciando su fragmentación progresiva , con funciones clave completas delegadas a terceros. Esta externalización disfrazada de reforma delata una incapacidad para abordar los problemas críticos del sistema. Un ejemplo es la decisión de externalizar los servicios de salas de emergencia a médicos pagados. También es cuestionable la propuesta de trasladar los servicios ambulatorios a farmacias, convirtiéndolas indebidamente en pequeños hospitales. Además, el requisito de que todos los especialistas trabajen en salas de emergencia durante un año durante su curso de capacitación está más preocupado por cubrir las brechas de personal a bajo costo, sin asignar recursos adicionales para sus horas extras, que por capacitar adecuadamente a los jóvenes profesionales.
A esto se suma el riesgo de desatar una guerra entre pobres con la propuesta de quitar a todos los médicos los fondos contractuales para tratamientos complementarios destinados a la valorización de las carreras de los profesionales para los años 2025 y 2026 y dárselos exclusivamente al personal de urgencias-emergencias y a las redes de dependientes temporales .
Finalmente, otra propuesta de medidas drásticas contra los servicios intramuros parece estar impulsada más por impulsos ideológicos que por datos objetivos. Las cifras muestran que la práctica privada no tiene un impacto significativo en las listas de espera, representando solo una pequeña proporción de los servicios prestados en el sector público.
De hecho, representa una oportunidad regulada y fiscalmente controlada que también beneficia a las arcas de las empresas sanitarias, que reciben cientos de millones en ingresos adicionales cada año. Estos cambios propuestos han venido acompañados de protestas de los sindicatos médicos, que ya han amenazado con desatar un estado de agitación social si se aprueban. Un NHS más fuerte no se puede construir externalizando sus funciones ni señalando con el dedo a quienes garantizan su funcionamiento diario.
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