IA: La Lucha por el Alma Económica y Creativa de la CDMX

La protesta de artistas contra la Inteligencia Artificial en la CDMX no es solo una lucha cultural, es una encrucijada de negocios que definirá el futuro de la economía creativa y tecnológica de la capital, poniendo en juego miles de empleos e inversiones millonarias.
La manifestación de artistas en el Monumento a la Revolución ha puesto sobre la mesa mucho más que una simple demanda de derechos de autor. Ha destapado una profunda batalla por el alma y el modelo de negocio de la economía creativa de la Ciudad de México, un sector que representa miles de millones de pesos y que ahora se encuentra en una encrucijada definida por la Inteligencia Artificial (IA).
La pregunta que subyace en las calles y en los foros de discusión es crucial: ¿Se posicionará la CDMX como un bastión que protege el talento humano y la creatividad de alta calidad, o se convertirá en un centro de bajo costo para la producción de contenido generado por IA, con todas las consecuencias económicas que ello implica?
La Ciudad de México es el corazón de la industria creativa de habla hispana. Sectores como el doblaje, reconocido internacionalmente, la publicidad, la producción audiovisual y el desarrollo de software, generan miles de empleos y atraen inversión extranjera. Son precisamente estas industrias las que se sienten más amenazadas por el avance no regulado de la IA.
La capacidad de la IA para clonar voces, generar imágenes y escribir guiones a una fracción del costo y el tiempo del trabajo humano representa una disrupción fundamental. Para las empresas, la tentación de reducir costos es enorme, pero para los profesionales del sector, es una amenaza existencial a su sustento.
El principal problema para los negocios, tanto para los creativos como para las empresas de tecnología, es el actual vacío legal. La falta de una regulación clara sobre el uso de la IA en México crea un clima de incertidumbre que paraliza la toma de decisiones.
Para los creativos: No saben si su trabajo puede ser utilizado para entrenar una IA que eventualmente los reemplazará, y no tienen un recurso legal claro para impedirlo o ser compensados. Para las empresas de IA: La falta de reglas claras también es un riesgo. Invertir en el desarrollo de tecnologías que podrían ser prohibidas o fuertemente restringidas en el futuro es una apuesta arriesgada.
Esta incertidumbre puede terminar por ahuyentar tanto al talento como a la inversión, dejando a la CDMX en el peor de los dos mundos: sin una industria creativa humana robusta y sin un sector tecnológico de IA competitivo.
«La Suprema Corte ha dictaminado que las creaciones hechas únicamente por IA no están protegidas por derechos de autor, lo que las deja en el dominio público y crea un vacío legal.» – Contexto jurídico clave que impulsa la protesta.
El debate económico tiene dos caras bien definidas. Por un lado, los artistas y creativos argumentan que proteger el talento humano no es frenar la innovación, sino garantizar la calidad, la identidad cultural y la sostenibilidad a largo plazo de la industria. Sostienen que el «valor agregado» del trabajo humano es insustituible y que una regulación justa puede fomentar una colaboración ética entre humanos y IA.
Por otro lado, desde una perspectiva puramente tecnológica, se podría argumentar que una regulación excesivamente restrictiva podría poner a México y a la CDMX en desventaja en la carrera global por el liderazgo en IA. Si otros países ofrecen un entorno más laxo para el desarrollo y entrenamiento de estas tecnologías, la inversión podría migrar hacia ellos.
En última instancia, la resolución de este conflicto definirá la marca «Hecho en México» en el ámbito creativo para la próxima década. La decisión que tomen los legisladores y la sociedad determinará si ese sello será sinónimo de excelencia artística y talento humano protegido, o si se asociará con la producción masiva y de bajo costo de contenido generado por algoritmos. El futuro económico de miles de capitalinos pende de un hilo.
La Verdad Yucatán