La IA de Elon Musk recaudará 12.000 millones de dólares para potenciar a Grok y retar a los gigantes de Silicon Valley

La carrera en el sector tecnológico estadounidense por el desarrollo de la IA está alcanzando gran velocidad. La pugna entre los titanes de Silicon Valley ha llegado a tal extremo que las firmas están ofreciendo bonificaciones millonarias por contratar importantes ingenieros de empresas rivales, al tiempo que anuncian la construcción de enormes centros de datos. En este contexto, Elon Musk parece haberse quedado desdibujado, especialmente después de los exabruptos neonazis de Grok, el chatbot de su firma xAI integrado en X (antigua Twitter). Por ello, el magnate está decidido lograr un importante flujo de financiación que permita a su firma, y a él por extensión, acceder al olimpo de la IA.
Semanas después de que xAI recaudara 10.000 millones de dólares a través de la venta de participaciones y de deuda, la firma está trabajando con Valor Equity Partners para asegurar 12.000 millones más destinados a su programa de expansión. La inversión de esta firma, encabezada por Antonio Gracias -un empresario que es actual miembro en el consejo de administración de SpaceX, compañía liderada por Musk-, iría destinada a la compra de chips de Nvidia, los cuales, posteriormente, serían usados en un enorme centro de datos destinado a entrenar la IA empleada por Grok.
Este movimiento se produce en un momento en el que Elon Musk necesita carburante financiero para alimentar el motor de xAI y seguir el ritmo de gigantes como Alphabet, Microsoft y Meta. Además de las inversiones ya mencionadas, el oligarca también parece haber pasado dinero de una hucha a otra para reforzar la financiación de xAI: SpaceX ha invertido 2.000 millones de dólares en dicha firma.
Sin embargo, es probable que toda esta montaña de dinero no sea suficiente para competir con los gigantes de Silicon Valley. Una de las principales debilidades de xAI es que, al contrario que OpenAI y Anthropic, esta firma no ha establecido ningún tipo de colaboración con firmas con gran músculo en computación en la nube que pueda asumir el enorme coste del entrenamiento y del desarrollo de modelos de lenguaje. La sensación es que Musk pretende construir su propia infraestructura de IA, un plan que, al calor del reciente escándalo por las respuestas neonazis de Grok, parece complicado de ejecutar.
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