Noche agitada en el hotel Rías Bajas, la reconstrucción en Portugal y el mensaje de Roca Rey para Morante tras la cornada de Pontevedra

Alberto Di Lolli casi se chocó de frente con Morante de la Puebla, cerca de las once noche del domingo, en el ascensor del Hotel Rías Bajas donde se hospedaba. Caminaba con unas muletas, ya apoyando. La habitación 210 lo esperaba. El cirujano Pedro Gil, entraba en directo en la radio con Gonzalo Bienvenida, considerando arriesgada su marcha del Hospital Quirón: «El riesgo de infección es alto, por ese motivo le habíamos ingresado en el hospital, pero su acompañante sanitario [o sea Pedro J. Marques, su apoderado] insistió en que no se quedara a pasar la noche en el hospital. El pronóstico es grave por ese riesgo de infección y porque la trayectoria más profunda llega al abductor, lo cual puede dar complicaciones. Si esta trayectoria hubiera sido más ascendente, habría llegado a la femoral». Y afirmaba desconocer adonde se había llevado al torero cigarrero. Pero Morante se encontraba ya en el hotel/hospital Rías Bajas.
Un ajetreo cierto siguió por la noche con versiones encontradas. A Pedro se le escuchaba hablar por teléfono y caminar inquieto por el pasillo. De una habituación contigua asomó un huesped pidiendo silencio. El Chino hacía guardia en una sofá a la puerta de la habitación de Morante. Que dormía ajeno a todo, profundamente, hasta la mañana siguiente. Cuando se trataban de unificar relatos sobre el alta hospitalaria. Que si voluntaria, que si consensuada. Que si galgos o podencos. Daba igual. Eso quedaba atrás con las observaciones sobre la cicatriz, un cráter con los «labios gruesos», que ya han reconstruido en una clínica portuguesa de la que Marques fue director.
Compañeros de profesión como Enrique Ponce o El Juli, entre otros, colapsaban el teléfono del apoderado antes del viaje. Ponce torea el festival de Antoñete en Las Ventas que organiza el torero de La Puebla del Río el 12 de octubre: el monumento de Chenel podría colocarse cerca del de Antonio Bienvenida. Roca Rey colgaba en sus redes la fotografía de la salida a hombros en El Puerto, tras la polémica del quite, la recriminación y su «maestro, fúmate un purito despacito», con un mensaje de paz: «FUERZA». Morante júnior, testigo directo del encontronazo, agradecía el detalle con un corazón en los comentarios de Instagram. Morante sénior se quedaba en Portugal hasta hoy jueves.
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