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Reconocen la trayectoria de Fernanda Navarro en coloquio de filosofía mexicana

Reconocen la trayectoria de Fernanda Navarro en coloquio de filosofía mexicana

Reconocen la trayectoria de Fernanda Navarro en coloquio de filosofía mexicana

Eirinet Gómez

Periódico La JornadaJueves 18 de septiembre de 2025, p. 4

Ante la violencia que aqueja a México y las guerras abiertas en el mundo, la filósofa, luchadora social y activista Fernanda Navarro afirmó: “La posibilidad está abierta a todo y con la lealtad lo ofreces todo para que no haya guerras, que no se maten sólo por tener. Cuando eres libre no tienes que repetir lo que te imponen, eres libre para que ayudes al mundo”.

Navarro recibió un homenaje y un reconocimiento de sus pares por su trayectoria como filósofa, así como por su compromiso crítico que ha inspirado a generaciones, en el primer Coloquio Internacional de Filosofía Mexicana “Del silencio al eco: nuestras filósofas mexicanas”. Se trata de la primera vez que el Centro de Estudios de Filosofía Mexicana reconoce a una mujer como filósofa, resaltaron los organizadores.

Ser con los otros

En el encuentro, Lucía de Luna Ramírez, profesora de pensamiento filosófico de los pueblos originarios en la Universidad Nacional Autónoma de México, reveló una conversación que sostuvo con su mentora a principios de agosto sobre diversos temas: el amor, la violencia, la comunicación y la importancia del conocimiento.

“Entendernos es la vía para abrazarnos, ser con los otros, amarnos. Hay que saber escuchar, no es lo mismo que oír, quiere decir que pones más atención para tratar de comprender lo que nos han dicho.

“Escuchar es que te palpite el corazón, es más profundo, no es ruido. Hay que guardar silencio porque no nacemos sabiendo. Hay que escuchar no sólo con el oído, escuchar lo que significan las palabras con humildad”, reflexionó la maestra.

En su conversación con De Luna Ramírez, la filósofa también planteó la necesidad de hacer una valoración sobre el conocimiento: “hay que ver qué cosa buena y positiva te ha dejado el aprendizaje, preguntarte por qué, para qué, a quién beneficia. Hay que ser novedosos y que el conocimiento sirva para algo y para alguien”.

Navarro estudió en la UNAM y fue traductora para Latinoamérica del Tribunal Internacional de la Conciencia de la Humanidad. A lo largo de su vida tuvo encuentros con León Felipe, Bertrand Russell, Louis Althusser y José Revueltas, quienes nutrieron su pensamiento.

En 2006 se unió a Luis Villoro, que había sido su maestro en la UNAM, y fue su compañera hasta la muerte del filósofo. Navarro solía afirmar a sus alumnos que ha sido muchas Fernandas a lo largo de su vida, pero quizá sus meditaciones en torno a la interculturalidad y el zapatismo sean uno de sus rasgos más distintivos.

“Tuve un viraje como mexicana y como estudiosa de filosofía a partir del acercamiento a pensadores mexicanos. Se enriqueció mi pensamiento filosófico al resaltar la importancia del reconocimiento de la existencia de otras culturas nuestras que habían sido marginadas, desvalorizadas, olvidadas en la historia como lo oscuro y lo oculto al ser comparadas con la occidental.

“No es suficiente reconocer la existencia de otras culturas, es preciso que exista el interés y la disposición de acercarse a ellas, conocerlas, comprenderlas, interactuar con ellas y entre ellas. Abrazarlas”, escribió en uno de los artículos que fue citado durante el homenaje.

En su intervención, Manuel Ponce Rascón, pensador y analista mexicano, dijo que hay dos claves para entender a Fernanda Navarro: la posibilidad y la esperanza. “Hay que tener esperanza, aunque tengamos que esperar”, solía decir en sus clases. “Es a la posibilidad a la que debemos nuestra lealtad entera”, una de sus frases favoritas del pensamiento de Russell.

Tras recibir el reconocimiento Malinali, otorgado por el Centro de Estudios de Filosofía Mexicana, Navarro dijo que para expresar lo que siente necesitaría de otro alfabeto: “Lo acepto con profunda emoción, en nuestro corazón habita la fuerza de nosotros, un lazo amoroso lleno de solidaridad. A todos mi gratitud más sincera, gracias a la vida”.

El homenaje cerró con emotivos cantos mayas que compusieron sus alumnos y que hacen referencia a los aportes de la clase que impartía Navarro.

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