Hubo acuerdo en el peronismo para armar listas conjuntas en la Provincia: el frente se llamará Fuerza Patria

Después de meses de pujas internas, el quiebre en la relación entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, la prisión domiciliaria de la ex presidenta que en parte aplacó las confrontaciones, las desconfianzas que persistieron y las prolongadas reuniones para discutir en detalle un esquema que acote el margen para las traiciones de último momento, los principales referentes del peronismo acordaron inscribir un frente electoral conjunto para los comicios provinciales del 7 de septiembre.
El entendimiento quedó sellado en la tercera reunión consecutiva entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, con la ex mandataria encima de las conversaciones desde el departamento de San José 1111, donde cumple la prisión domiciliaria. Otra vez en la sede de la gobernación bonaerense, el trío limó los principales puntos de conflicto aunque la negociación seguirá intensa y áspera durante otros diez días, hasta el cierre del plazo para presentar las candidaturas, el sábado 19. El frente se llamará Fuerza Patria.
Los recelos cruzados, profundizados desde el desafío de Kicillof al liderazgo y la centralidad de Cristina Kirchner, potenciaron las tensiones habituales en los corcoveos previos a los cierres electorales. Cada sector se cuidó de limitar las posibilidades de que el resto pudiera cortarse solo de cara al armado de las listas. En especial el gobernador, por los antecedentes de los anteriores turnos electorales, en los que casi no pudo colar postulantes propios.
En ese contexto, los tres referentes del peronismo discutieron en detalle el reglamento interno del frente, la integración de la mesa de apoderados y de la Junta Electoral. También avanzaron en un principio de acuerdo, en términos generales, de lo que le tocará a cada sector en el reparto de las candidaturas. El criterio comprendió tanto los comicios provinciales de septiembre como los nacionales de octubre, con el propósito de no repetir la pulseada en plena campaña bonaerense.
Kicillof buscaba confirmar un esquema de apoderados con representación de cada espacio y firmas cruzadas, para que resultara necesario su aval en la oficialización de las listas. El gobernador analizaba la posibilidad de reservarse un frente o partido propio por si descarrilaba el trabajoso tránsito hacia la confluencia.
“Todo tiene que tener la firma de los tres. Nadie puede avanzar sin tener en cuenta a todos”, confirmó uno de los dirigentes que fue hasta La Plata para rubricar la constitución de la alianza en conjunto. La Junta Electoral estará conformada por Carlos Bianco -ministro de Gobierno bonaerense y mano derecha de Kicillof-, Leonardo Nardini -intendente de Malvinas Argentinas, alineado con Máximo Kirchner- y el legislador bonaerense Rubén Eslaiman, en representación de Massa.
Más allá de la inscripción del frente, y en caso de ratificarse el acuerdo en el cierre de las listas, los mismos protagonistas reconocieron que persistirán las pulseadas internas y que en el mejor de los casos quedarán en pausa durante la campaña. Kicillof propuso el fin de semana “dejar las diferencias para después”, con el objetivo de aliviar las tensiones. En el kirchnerismo lo tomaron como un reconocimiento de que el liderazgo y la proyección hacia 2027 no se resolverá este año, como entendían que pretendía el gobernador.
Además de los tres espacios principales, tendrán que abrir lugares para el Frente Patria Grande de Juan Grabois y otros aliados. Principios y Valores, de Guillermo Moreno, quedaba incorporado a la alianza. También otros que ya formaban parte como Nuevo Encuentro, el Frente Grande, Unidad Popular, Kolina y el Partido de los Comunes, además del PJ y el Frente Renovador.
Entre las discusiones hasta el sábado 19 deberán definir los candidatos, en especial en la Tercera Sección electoral, en la que iba a postularse Cristina Kirchner, y en la Primera. También en los municipios, ámbito que concentra mayores dificultades. “Hay realidades muy distintas en cada distrito, es una de las cosas que más cuesta resolver”, transmitía un dirigente al caer la noche, aunque descontaba que no complicaría el acuerdo: “Es un tema menor al lado de la decisión de ir juntos”.
Clarin