Por qué la venganza no ayuda, pero el perdón sí
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A veces, vengarse parece la única respuesta correcta ante la injusticia. Sin embargo, una investigación de la Universidad Duke, de Estados Unidos, demuestra que es mejor aprender a dejar ir.
No olvidándolo todo sino mirándolo de otra manera.
Todos conocemos a alguien que siempre ataca ante el más mínimo insulto. Ya sea una celebridad que se descontrola en redes sociales o un colega que sigue enojado durante meses tras ser ignorado para un ascenso, el comportamiento vengativo se presenta de muchas maneras. Sin embargo, para algunos, parece más fácil perdonar al otro y seguir adelante con su vida.
Según una investigación reciente de la psicóloga Gabriela Fernández-Miranda, de la Universidad de Duke, el perdón no se trata necesariamente de olvidar, sino de cómo revivir los acontecimientos. La investigación describe dos formas de olvido: el desvanecimiento episódico y el desvanecimiento emocional.
El desvanecimiento episódico significa que olvidas gradualmente los detalles de un evento negativo, especialmente si eliges perdonar conscientemente. El desvanecimiento emocional significa que aún recuerdas el evento con claridad, pero lo piensas de otra manera. Simplemente se siente menos intenso. Fernández-Miranda compara esto con un concepto bien conocido de la psicología: la reevaluación. Aprendes a ver una situación desde una perspectiva diferente. Y eso afecta cómo te sientes.
En una serie de experimentos, los investigadores pidieron a los participantes que recordaran un momento de perdón (o de falta de perdón). Luego, se les pidió que calificaran la gravedad moral del incidente y su capacidad para recordar todo, desde los detalles visuales hasta el impacto emocional.
¿Qué resultó? Los participantes que habían perdonado a la persona o personas en cuestión recordaban el incidente tan bien como quienes no lo habían hecho. Sin embargo, los investigadores observaron que sus emociones eran menos intensas y negativas. Por lo tanto, el perdón pareció suavizar la carga emocional del recuerdo.
En un segundo estudio, se invirtió el experimento. Se pidió a los participantes que recordaran una ocasión en la que habían lastimado a alguien . Los resultados fueron sorprendentemente similares. Quienes se reconciliaron con sus acciones obtuvieron una puntuación más baja en sentimientos de culpa moral. Incluso si aún recordaban bien el incidente, este se sentía menos pesado. Esto respalda firmemente la idea de que el perdón ayuda a restablecer el equilibrio emocional.
Los investigadores también utilizaron un cuestionario donde las personas podían indicar en qué medida experimentaban sentimientos de venganza, evasión o perdón. Pensemos en frases como: «Espero que le pase algo malo» o «Quiero reparar la relación».
De ahí quedó claro que cuanto más dispuesto está uno a perdonar, más positiva será la imagen de la otra persona y menos ira u odio permanecerán.
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