Los medicamentos populares para el dolor de espalda aumentan el riesgo de demencia en un 110 por ciento.

La gabapentina es un medicamento que se utiliza para tratar la epilepsia. También se puede utilizar para tratar el dolor neuropático (es decir, el dolor causado por daño nervioso) en adultos, en particular la polineuropatía diabética o la neuralgia posherpética. En Estados Unidos, la gabapentina también se prescribe comúnmente para el dolor lumbar crónico (lumbalgia), independientemente de si la causa es una neuropatía o daño nervioso.
Ha habido informes previos de un posible vínculo entre la gabapentina y los procesos neurodegenerativos en el cerebro , pero no fueron concluyentes.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, Ohio, y otros centros estadounidenses utilizaron datos clínicos de casi 53.000 adultos estadounidenses, disponibles en la plataforma global TriNetX. Entre 2004 y 2024, a la mitad de estos pacientes se les recetó gabapentina para el dolor lumbar , mientras que a la otra mitad no. El análisis se ajustó a la demografía, las comorbilidades y el uso de otros analgésicos.
Descubrieron que aquellos que recibieron al menos seis recetas de gabapentina tenían un riesgo 29 por ciento mayor de ser diagnosticados con demencia dentro de los 10 años posteriores al diagnóstico de dolor y un riesgo 85 por ciento mayor de ser diagnosticados con deterioro cognitivo leve (DCL), en comparación con el grupo de control.
Cabe destacar que, en pacientes más jóvenes de 18 a 64 años, la asociación entre el uso de gabapentina y el riesgo de deterioro cognitivo fue aún mayor. El riesgo de demencia se duplicó con creces (110 %) y el de deterioro cognitivo leve se multiplicó por 2,5 (150 %) , en comparación con quienes no recibieron el fármaco.
Además, el riesgo aumentó con el número de recetas de gabapentina. Los pacientes con 12 o más recetas presentaron un 40 % más de riesgo de demencia y un 65 % más de riesgo de deterioro cognitivo leve, en comparación con los pacientes con entre 3 y 11 recetas.
Los investigadores enfatizan que el estudio fue de naturaleza observacional y, por lo tanto, no demuestra una relación causal. Además, los autores no pudieron determinar ni la dosis de gabapentina ni el período de administración.
Sin embargo, creen que es necesario un seguimiento más estrecho de los pacientes adultos a los que se les prescribe gabapentina para evaluar el posible deterioro cognitivo.
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