¡Otra cúpula!

Qatar y la base aérea estadounidense lograron destruir todos los misiles lanzados por Irán. No faltaron los fuegos artificiales, y se confirma que los pequeños Estados del Golfo, donde hay bases estadounidenses, también cuentan con Cúpulas de Hierro que hacen que los ataques con misiles, balísticos o de otro tipo, sean ineficaces y obsoletos.
La base estadounidense en Catar alberga el avión más potente de Estados Unidos —más avanzado que el F-35—, el F-22, que Estados Unidos no vende a ningún otro país, ni aliado ni socio. Se trata de un caza de quinta generación (próximamente de sexta), con una potencia de ataque sin precedentes, además de ser invisible al radar.
Un F-22 puede, desde el espacio aéreo catarí, lejos de Irán, destruir objetivos a cientos de kilómetros de distancia. Están equipados para ello, y ningún avión en el mundo puede competir con ellos. China ha intentado replicarlos, pero no ha alcanzado las innovaciones en aviónica de este modelo.
Si es sensato, Irán se abstendrá de atacar bases estadounidenses y, con el tiempo, dejará de desperdiciar misiles en ataques diarios contra Israel. Estados Unidos no desea una guerra total, pero está en la cuerda floja. Con sus bases aéreas en el Golfo Pérsico, tres portaaviones y sus grupos de combate, podría lanzar un ataque devastador contra Irán, y Teherán lo sabe. Un paso en falso iraní podría significar el fin de la teocracia.
Los textos de esta sección reflejan las opiniones personales de los autores. No representan a VISÃO ni reflejan su postura editorial.







