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Síndrome del intestino irritable en vacaciones: Estrategias para un verano más relajado

Síndrome del intestino irritable en vacaciones: Estrategias para un verano más relajado

Artículo escrito por Mónica Velosa, gastroenteróloga y presidenta de la Unidad de Neurogastroenterología y Motilidad Digestiva (NMD) de la Sociedad Portuguesa de Gastroenterología (SPG)

Llega el verano, y con él, las vacaciones. Mientras los horarios se vuelven más flexibles, los patrones de alimentación y las rutinas cambian, y estos cambios pueden alterar el eje intestino-cerebro.

Para quienes padecen el síndrome del intestino irritable, un trastorno del eje intestino-cerebro caracterizado por la presencia de dolor abdominal recurrente (más de dos veces por semana), generalmente acompañado de alteraciones en el tránsito intestinal, como diarrea, estreñimiento o alternancia entre ambos, el período de vacaciones puede traer cierta ambivalencia: mientras que, en algunos casos, hay un alivio de los síntomas, para un número significativo de personas puede haber una exacerbación o una mayor dificultad para "ocultar" los síntomas, especialmente la distensión abdominal o un vientre "hinchado".

En este sentido, es fundamental considerar estrategias de autogestión para que esta etapa sea más placentera, en lugar de un factor estresante en sí misma. Muchas de estas estrategias son, de hecho, herramientas útiles cuando hay un cambio en la rutina.

Algunos factores son esenciales para una interacción saludable entre el cerebro y el intestino, como la alimentación, el sueño y el estrés al que estamos expuestos en nuestra vida diaria. Naturalmente, todos estos factores pueden cambiar durante las fiestas. Por eso, me gustaría compartir algunos consejos para equilibrar esta comunicación tan sensible:

  1. Mantenga una rutina de alimentación lo más regular posible.

Evite los ayunos prolongados y comer en exceso. Incluso al viajar, procure mantener horarios de comida relativamente regulares, con porciones moderadas y masticando despacio. Evite el consumo excesivo de cafeína y alcohol, ya que ambos pueden interferir con el eje intestino-cerebro, así como las bebidas muy frías al final de las comidas.

Si sales a comer fuera, revisa los menús con antelación y evita platos con ingredientes que te provoquen alergias (como lácteos, ajo, cebolla, pimientos o alimentos ricos en FODMAP si eres sensible). Llevar snacks seguros en la bolsa, como galletas de avena o frutos secos, puede ayudarte a evitar imprevistos y a reducir los antojos impulsivos.

Los cambios de clima y la deshidratación aumentan el riesgo de estreñimiento o diarrea. Beba agua con regularidad, especialmente en destinos calurosos o cuando consuma más alcohol.

  1. Controlar el estrés y el sueño

Las vacaciones deberían ser relajantes, pero los viajes, los vuelos o las alteraciones del sueño pueden desencadenar síntomas. Técnicas sencillas como la respiración abdominal, la meditación guiada o las caminatas de atención plena ayudan a mantener el equilibrio del eje intestino-cerebro.

  1. Lleva contigo la medicación SOS

Considere viajar con antiespasmódicos, laxantes suaves, probióticos o antidiarreicos, según el subtipo de síndrome del intestino irritable que tenga, y siempre bajo supervisión médica. Consulte con su médico antes de sus vacaciones para planificar una estrategia en caso de un empeoramiento; esto le ayudará a sentirse más tranquilo.

  1. Despierta 30 minutos antes

Despertarse antes del ajetreo matutino te brinda un momento de calma que coincide con el "despertar" fisiológico de tus intestinos. La mañana es el momento ideal para ir al baño, así que aprovecha este momento para empezar el día con más comodidad.

  1. Tómate un momento para hacer ejercicio

Las vacaciones son un descanso, pero también una gran oportunidad para probar un nuevo deporte o retomar una actividad física que disfrutes. El ejercicio, además de liberar endorfinas que promueven el bienestar intestinal, mejora la motilidad y la regulación digestiva. Las llamadas "caminatas de gases" (caminatas después de comer) benefician la digestión, el control glucémico y la preparación de comidas. ¡Sin duda, una actividad imprescindible en tu rutina de verano!

La temporada navideña debe vivirse con tranquilidad. Los eventos sociales o en lugares donde no hay un baño cerca pueden ser especialmente difíciles, y aunque la enfermedad se manifiesta con distintos grados de gravedad, es muy común un fenómeno conocido como "síndrome del baño", en el que estar cerca de un baño es una fuente de tranquilidad. Si tiene un día en el que no se siente bien, permítase descansar, recargar energías y recuperar el equilibrio. Escuchar las necesidades de su cuerpo es esencial durante todo el año, pero cobra un papel aún más importante durante esta época.

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