Bajo presión, el presidente de Correos dimite

El presidente de Correos, Fabiano Silva , renunció la noche del viernes 4. Entregó una carta en el Palacio de Planalto anunciando su decisión, a pesar de que el presidente Lula (PT) se encuentra en Río de Janeiro. Su mandato debía finalizar en agosto.
Silva estaba en el cargo desde principios de 2023. Antes de eso, ganó destaque como coordinador adjunto de Prerrogativas, un grupo de abogados y juristas que se hizo conocido por su oposición a los métodos de la Lava Jato, y trabajó en el Ministerio de Trabajo, la Fundación Federal de Economistas y el Instituto Municipal de Previsión de São Paulo, bajo la gestión de Marta Suplicy.
El presidente del Senado, Davi Alcolumbre (União-AP), espera colocar a un aliado al mando de Correos. União Brasil ya controla el Ministerio de Comunicaciones, al cual la empresa está subordinada.
Los interlocutores de Fabiano Silva también mencionan un supuesto impasse con la Casa Civil, presidida por Rui Costa (PT). En la carta entregada al Planalto, Silva sigue defendiendo las medidas de su administración.
El despido se produce poco menos de dos meses después de que Correos anunciara una pérdida de 2.600 millones de reales en 2024. El resultado es peor que el del año anterior, cuando también hubo un déficit de 634 millones de reales.
En la ocasión, tanto el gobierno como la dirección de Correios afirmaron que el déficit era coyuntural y se debía, entre otras cosas, a las inversiones realizadas en los últimos dos años para revertir el desguace de la empresa durante el gobierno de Jair Bolsonaro (PL), cuando estaba incluida en el Plan Nacional de Desestatizaciones.
Según el Ministerio de Gestión e Innovación, las inversiones en la estatal totalizaron 830 millones de reales en 2024, un aumento del 9,2% en comparación con 2023.
En febrero de este año, Fabiano Silva declaró a CartaCapital que las transformaciones en la empresa deberían haber comenzado cuando los ingresos crecieron durante la pandemia, pero la gestión anterior detuvo las inversiones: “Ahora nos apresuramos a recuperar el tiempo perdido y poner a Correios nuevamente en el camino del crecimiento”.
La empresa, añadió entonces, «fue severamente desmantelada por el gobierno anterior», en una estrategia para justificar su privatización. «Entre 2019 y 2022, presenciamos el cierre de cientos de sucursales, recortes en la inversión en tecnología y seguridad, pérdida de clientes y una caída en la calidad de los servicios. Además, los trabajadores sufrieron con la eliminación de 40 cláusulas del Convenio Colectivo, lo que aumentó la inseguridad en el sector».
CartaCapital