Un hallazgo inusual en una tienda de segunda mano ha provocado una investigación sobre los orígenes de los artefactos antiguos.

Los anillos y medallones descubiertos podrían haber pertenecido a contemporáneos de la caída de Roma.
Una colección de once anillos y dos medallones, posiblemente milenarios, fue descubierta entre donaciones en una tienda de segunda mano canadiense. Ahora, estos misteriosos artefactos, que se cree datan del Imperio Romano tardío, se han convertido en el foco de una investigación detectivesca por parte de estudiantes de arqueología que intentarán desentrañar este misterio centenario.

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La historia de los artefactos comenzó con una donación anónima a una boutique en Chilliwack, Canadá. Entre los artículos donados se encontraban once anillos y dos medallones, que los empleados de la tienda, desconociendo su verdadero valor, tasaron en 30 dólares canadienses y pusieron a la venta. El destino de la colección cambió drásticamente cuando un hombre que se presentó como arqueólogo apareció en la tienda. Inmediatamente reconoció el potencial valor histórico de los objetos aparentemente anodinos y recomendó encarecidamente a los voluntarios que consultaran con expertos de la Universidad Simon Fraser.
Inicialmente, los arqueólogos universitarios se mostraron cautelosos ante el descubrimiento. La falta de documentación sobre el origen de los artefactos generó serias preocupaciones de que pudieran haber sido extraídos ilegalmente del estrato cultural y vendidos. Sin embargo, tras un año de deliberaciones, la universidad decidió incautar la colección para evitar que entrara en el mercado privado de antigüedades, donde su valor para la investigación se perdería irremediablemente.
"Algo así, sin embargo, fue sólo un curioso incidente aislado", explicó Barbara Hilden, directora del Museo de Arqueología y Etnología, señalando el carácter excepcional de la situación.
Un análisis preliminar realizado por la arqueóloga Sabrina Higgins sugiere que los artefactos datan del siglo IV o V d. C. Según los materiales y las técnicas de fabricación, proceden de territorios que antiguamente formaron parte del Imperio Romano de Occidente. Los investigadores se interesaron especialmente en el medallón más pequeño, que representa un cristograma, un monograma que representa el nombre de Cristo, compuesto por las letras griegas "CH" y la romana "RH". Este detalle sugiere la posible afiliación del propietario a la comunidad cristiana primitiva.
Los estudiantes de último año de la Facultad de Arqueología comenzarán ahora un estudio minucioso de la colección. Su trabajo incluirá investigación de archivo, análisis científico y el uso de tecnología digital para reconstruir la historia de los artefactos.
"Se necesitará al menos un semestre, si no más, para comprender el origen de estos artefactos", señala Higgins. Es posible que durante el estudio, los estudiantes experimenten una sensación diferente: la posibilidad de que los artefactos sean falsificaciones elaboradas. Sin embargo, incluso un resultado así, según los expertos, será invaluable desde una perspectiva educativa, ya que permitirá a los futuros especialistas practicar métodos de identificación de falsificaciones y los dilemas éticos asociados con las colecciones de museos.
mk.ru