Las burlas y las críticas de los padres pueden empeorar los problemas de imagen corporal más adelante en la vida.

Un nuevo estudio examinó retrospectivamente el impacto del comportamiento parental en los hijos adultos. Tras analizar datos de 177 participantes, los investigadores descubrieron que, tras considerar la influencia de los pares y los medios de comunicación, los padres siguen siendo un predictor significativo de problemas de imagen corporal en sus hijos adultos. Sin embargo, los comentarios verbales directos son los principales contribuyentes.
El análisis reveló que la llamada "influencia directa" (burlas, críticas a la apariencia o estímulo directo para hacer dieta) fue un predictor altamente significativo de insatisfacción. Por otro lado, la "influencia indirecta", como observar a un padre insatisfecho con su imagen corporal o haciendo dieta, no tuvo un efecto independiente estadísticamente significativo. Esto sugiere que las palabras explícitas dirigidas a un niño dejan una huella más profunda que el comportamiento modelado.
Los hallazgos resaltan la necesidad de programas educativos para padres dirigidos a comprender el poder a largo plazo de sus palabras. Los expertos recomiendan centrarse en fomentar hábitos saludables en lugar de criticar el peso o la apariencia. Este enfoque podría ser eficaz para prevenir trastornos alimentarios y fomentar una imagen corporal positiva en las generaciones futuras.
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