España, turismo de retaguardia

“Chambres, rooms, zimmer”. En los años sesenta del siglo pasado empezaron a proliferar carteles que ofrecían habitación a los turistas. Podían verse en restaurantes, bares, cafeterías, comercios de la más diversa índole, incluso en las ventanas de casas particulares, sobre todo en las localidades playeras. Los turistas empezaban a llegar en masa y no había suficientes hoteles y pensiones para alojarles. Eran los primeros efectos del Plan de Estabilización del 1959, seguramente el principal hito en la economía española en el último siglo. Sesenta y tantos años después, el turismo se ha consolidado como uno de los motores indiscutibles de España. Este año 2025 la proporción será de dos turistas por cada habitante censado. La población alcanzará pronto los 50 millones de habitantes y se espera la llegada de 100 millones de turistas. ¿Qué ofrece España? Sol, mar, bellos paisajes, buena comida, gente tranquila (cuando no mira el teléfono móvil) y seguridad. Una sosegada retaguardia en un mundo cada vez más incierto y revuelto.
Habrán observado que en Penínsulas tenemos una especial obsesión con el Plan de Estabilización, impulsado por los ministros tecnócratas del Opus Dei bajo la guía espiritual del gobierno de los Estados Unidos, que temía un estallido social en España a finales de los años cincuenta. Apenas quedaban divisas para comprar petróleo. La autarquía franquista estaba fracasando. Los norteamericanos querían tranquilidad en el país en el que acababan de ubicar cuatro importantes bases militares (Rota, Morón de la Frontera, Torrejón de Ardoz y Zaragoza). Querían que sus bombarderos de aviso a la Unión Soviética aterrizasen en un país sin riesgo de revuelta. Y alentaron una salida de emergencia.
Devaluación de la moneda, apertura a los capitales extranjeros y turismo de masas. Inviertan en un país de bajos salarios en el que casi todo está por hacer y en el que no habrá huelgas, puesto que los sindicatos libres están prohibidos. Visiten un pintoresco país de playas vírgenes en el que la mayoría de la gente aún no ha salido de la posguerra y los guardias lucen un curioso tricornio. ‘Spain is different’. Los falangistas se mostraban reticentes. Su orgullo nacionalista se sentía ofendido. Temían que tantos cambios convirtiesen España en una Babilonia difícil de controlar, en la que no tardaría en reaparecer la lucha de clases en las grandes ciudades. El turismo traería corrosión moral. Eso también lo temía la Iglesia católica. Pero el general Franco acabó aceptando. Después de haber superado la derrota de Hitler y Mussolini, sus dos grandes puntos de apoyo en los años treinta, sabía que la protección de Estados Unidos era indispensable para la supervivencia del régimen.

Promoción de las playas mediterráneas
Otras fuentesEl Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional sugirieron que un economista formado en Londres y Munich que trabajaba en Caracas como asesor del Banco Central de Venezuela, la boyante Venezuela de los años cincuenta, se incorporase al proyecto. Así fue como Joan Sardà Dexeus, antiguo republicano catalán, alejado de la política desde el final de la Guerra Civil, se convertiría en jefe de estudios del Banco de España en 1956 y en uno de los más destacados redactores del plan estabilizador. El circunspecto Sardà, que de joven había simpatizado con el ala federalista de Esquerra Republicana, negoció directamente con el FMI y el Banco Mundial las ayudas que iba a recibir España para promover su apertura. Y el país empezó a llenarse de turistas y de carteles que ofrecían “chambres, rooms, zimmer”.
Vamos a hablar de turismo con la colaboración de Santiago Fernández Muñoz, profesor de Geografía Humana en la Universidad Carlos III de Madrid, que ha estudiado a fondo este dossier. Empecemos por las cifras. La previsión para 2025 es espectacular: dos turistas por habitante. Casi cincuenta millones de habitantes y cien millones de turistas. Cifras redondas que reflejan una España que cambia más de lo que parece. En el año 2000, España recibió 48,2 millones de turistas internacionales y la población era de 40,4 millones. Los turistas se han multiplicado por dos en veinticinco años, mientras que la población ha crecido un 22%. La presión se ha incrementado y las costuras de algunos territorios comienzan a tensarse. Ahí va otra cifra relevante: en agosto de 2024, las plazas en viviendas turísticas superaron por primera vez a las plazas hoteleras. 1.995.218 plazas en viviendas dedicadas al turismo frente a 1.922.541 plazas hoteleras. “Chambres, rooms, zimmer”.
España es con diferencia el país más especializado en turismo entre las grandes economías desarrolladas. Representa más del 13% del PIB, muy por encima de Alemania, donde este indicador no alcanza el 5%. En Francia es el 7,5%. El 7% en Italia. Y menos del 3% en Estados Unidos. Solo Portugal se aproxima a las cifras españolas. La Península Ibérica fabrica mucha electricidad renovable y atrae a muchos turistas. No depende del gas ruso y los aranceles de Trump le pueden dañar, pero no hundir. Es la retaguardia tranquila de Europa.

Promoción de la dirección general de turismo
(Otras fuentes)No hemos de pasar por alto que la óptima evolución del turismo ibérico tiene también un contexto geopolítico. Hace poco más de una década, el fracaso de las denominadas ‘primaveras árabes’ entre 2012 y 2014 perjudicó seriamente a los países del norte de África como destinos alternativos. Las acciones terroristas contra turistas en Egipto y Túnez, por poner dos ejemplos, beneficiaron indirectamente a España, que a su vez lograba mantener precios competitivos en relación a Francia, Italia y Grecia. La retaguardia segura y tranquila.
El turismo representa ya el 13% del PIB. Este dato no entusiasma a todos. El turismo no tiene hoy muy buena imagen como actividad económica. Se suele asociar con la baja productividad, el empleo precario, la escasa innovación y los bajos salarios. En las grandes ciudades está creciendo una onda de opinión contraria al turismo de masas. El turismo devora el alma de los lugares cuando supera una determinada proporción, Muchos jóvenes se sienten expulsados de sus ciudades de nacimiento por el encarecimiento de la vivienda. “Chambres, rooms, zimmer”. El alquiler de una habitación en Madrid ya está alcanzando los quinientos euros mensuales.
“La economía les va bien. La economía les va bien y no quieren pagar. España es terrible. Voy a obligarles a pagar el 5%”. Palabras de Donald Trump el pasado jueves, al concluir la última asamblea general de la OTAN dedicada monográficamente al gasto de Europa en defensa. La realidad es la que es. “La economía les va bien”. Uno de los principales motores del crecimiento económico español es el fuerte tirón del turismo internacional que no sólo ha seguido llegando en cifras nunca vistas, sino que gasta cada vez más, mucho más que antes de la pandemia: un 37% más que en 2019, un 14% descontando la inflación.

Promoción de las playas de San Sebastián
(Otras fuentes)Nuestra especialización turística nos hizo más vulnerables durante la pandemia, cuando los confinamientos eliminaron la posibilidad de viajar y llevaron a España a ser el país más afectado por la crisis y el que más tardó en recuperarse. Sin embargo, en la compleja situación actual, la crisis se ha cebado en las economías más industrializadas de Europa, dependientes del gas ruso y de sectores maduros, de complejas cadenas de suministro internacionales, sujetas a la incertidumbre de la nueva geopolítica. Por el contrario, el turismo crece muy por encima del resto de los sectores en España, a lo que se une otro importante cambio: se están incrementando de manera muy relevante las exportaciones de servicios no turísticos de alto valor añadido (consultoría, servicios financieros, telecomunicaciones, I+D…) lo que nos convierte en menos vulnerables en la actual situación de tensión arancelaria sobre las manufacturas. Los aranceles de Trump no parece que vayan a frenar las vacaciones de los británicos, alemanes y franceses en España.
“Chambres, rooms, zimmer”. Hay más plazas en los pisos turísticos que en los hoteles, decíamos antes. Hay gente que está ganando mucho dinero con esa oferta y hay gente que se siente muy perjudicada por la escalada de los precios inmobiliarios. El rentismo turístico se convierte en una ofensa para la población que no tiene acceso a esa fuente de ingresos y acumula dificultades para pagar el alquiler. Esa tensión va a tener consecuencias políticas. Pero en el ámbito hotelero hay cambios. Ha crecido el número de hoteles de más calidad. En el año 2000 sólo el 23% de las plazas turísticas se localizaban en hoteles de 5 y 4 estrellas. En 2024 los hoteles de alto nivel eran más del 55%. También está cambiando, aunque lentamente, la tradicional concentración del turismo en los meses de verano. Todavía hoy los tres meses de estío reciben a la mayoría de los turistas extranjeros, pero aumentan a mayor ritmo los meses de primavera y otoño.
El otro cambio en ciernes es una mayor distribución geográfica. Parece crecer las regiones del norte, pero no conviene engañarse. El turismo continúa siendo una actividad fuertemente concentrada en el litoral mediterráneo y en el sur atlántico. Al País Vasco llegaron en 2024 2,1 millones de turistas internacionales. A Catalunya, casi 20 millones, y a Baleares y Canarias más de 15 millones a cada una. El 67% de la demanda turística se alojó en 2024 en destinos situados en la costa, desde Girona a Huelva y en las islas Baleares y Canarias.

Cartel promocional de la Costa Brava
(Otras fuentes)La excesiva concentración turística en determinados territorios y ciudades es el gran reto de futuro. La discusión pública al respecto está adquiriendo intensidad y amplitud. Cunde el malestar en las áreas más saturadas. Las recientes manifestaciones en las islas Canarias contra “el turismo de masas” son muy elocuentes. La población local y los trabajadores turísticos no tienen capacidad para pagar los precios de la vivienda en las ciudades de mayor atractivo turístico. Habrá que tomarse en serio el problema e intervenir. ¿Cuántos turistas interesan? ¿Cómo se organiza el país para recibirles sin que transformen por completo los lugares más visitados? No olvidemos que la industria turística es políticamente potente en España.
El Plan de Estabilización del 59 cumplió sus objetivos principales. La España franquista evitó la bancarrota y el crecimiento de una modesta clase media a lo largo de los años sesenta contribuyó a una transición gradual a la democracia en el momento en que se entrecruzaron dos factores de debilitamiento de la dictadura: la agonía y muerte del general Franco y el disparo de la inflación como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973. Obreros en huelga y estudiantes a la contra aceleraron el cambio, mientras que la España de sol y playa actuaba de amortiguador.
España es la retaguardia de Europa. Un país que consigue el 13% de su riqueza con el turismo ha de tener más miedo al cambio climático que a los aranceles de Trump. En esa calurosa retaguardia se registra hoy una situación política muy peculiar. Acaba de ingresar el prisión el hasta anteayer número dos del Partido Socialista, Santos Cerdán, hombre clave de la actual legislatura, acusado de corrupción. Es un asunto muy grave para el PSOE. En el otro lado del espejo, el principal partido de oposición deberá afrontar dentro de unos meses un juicio a los principales responsables del antiguo Ministerio del Interior, acusados de utilizar a la Policía para proteger al PP de la investigación de otro grave caso de corrupción. La extrema derecha va a ser la principal beneficiaria de esa endiablada dinámica. España, retaguardia con insolación.
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