El verano dispara las infecciones de vejiga: los consejos para evitar sufrir una cistitis
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Hay quien cada verano vuelve de vacaciones con el recuerdo de unos maravillosos días de descanso, pero también con una inesperada e incómoda infección de vejiga, popularmente conocida como cistitis, aunque no sean exactamente lo mismo. Y es que, aunque este tipo de infección no es exclusiva de la época estival, lo cierto es que durante estas semanas se dan una serie de circunstancias ideales para que las bacterias proliferen a sus anchas en la zona de la vejiga.
En concreto, “solemos estar más deshidratados por el aumento de sudoración, lo que disminuye la frecuencia de la micción, pasamos más tiempo con ropa húmeda y en ambientes fríos por el aire acondicionado”, lo que se traduce, según el Dr. Javier de la Riva de la Viña, urólogo del Hospital Universitario Vitas Madrid La Milagrosa, en un aumento significativo de los casos de cistitis.
Además, “a todo esto se le suma que, al ser un período de descanso, aumenta la posibilidad de tener relaciones sexuales, y algunas mujeres son muy susceptibles a la llamada cistitis postcoital”, agrega el experto.
Si a pesar de este cúmulo de factores propiciatorios, todavía no has padecido un episodio de cistitis, es probable que no conozcas sus síntomas. Los más comunes, según el doctor son “el ardor al orinar (disuria), orinar con frecuencia (polaquiuria), con urgencia y también puede acompañarse de presencia de sangre en la orina (hematuria)”. Ahora bien, también recalca que “no hay una sintomatología única para definir una cistitis. Más bien se trata de un conjunto síntomas que, cuando aparecen juntos, orientan al diagnóstico”.
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De hecho, cualquiera de los síntomas mencionados, “puede presentarse en otras patologías de la vejiga que no sean cistitis. Por eso, es importante recibir una valoración médica adecuada y, en muchos casos, realizar un análisis de orina para confirmar el diagnóstico”, apunta el experto.
Por otro lado, conviene aclarar la diferencia entre cistitis e infección urinaria, ya que, aunque “en la práctica habitual ambos términos se utilizan indistintamente para referirse a una infección urinaria baja, especialmente cuando afecta a la vejiga, lo cierto es que es un error que se debe a que la mayoría de las cistitis suelen ser de origen infeccioso”, explica de la Riva quien nos recuerda que “el término cistitis significa literalmente inflamación de la vejiga, y esta puede producirse con o sin infección bacteriana”.
¿Qué pasa si no se inicia el tratamiento?La mayoría de los casos de cistitis se producen entre las mujeres, algo que responde “a una razón puramente anatómica. La uretra de las mujeres es sensiblemente más corta que la uretra masculina, lo que favorece la migración de bacterias desde la región perineal o genital externa hasta la vejiga”, describe el doctor.
Por otro lado, y centrándonos en el tratamiento, “es importante saber que las infecciones de orina se deben tratar solo si provocan síntomas clínicos. Una infección urinaria que se pone de manifiesto en una analítica pero que no produce sintomatología, no se debe tratar con antibióticos”, señala el urólogo.
El poder preventivo de los arándanos se debe a su aporte en proantocianidinas
Ahora bien, “si se trata de una infección urinaria sintomática y tardamos en tratar una infección urinaria, puede aumentar la posibilidad de hematuria y, en algunos casos, que la infección afecte a la vía urinaria superior, produciendo un cuadro de pielonefritis aguda. Esta complicación puede provocar fiebre alta, dolor lumbar y requerir tratamiento antibiótico más prolongado, e incluso ingreso hospitalario si hay afectación del estado general”, advierte.
Prevención dentro y fuera de la despensaPara evitar llegar a esos extremos, e incluso para evitar contraer la infección se pueden adoptar una serie de medidas higiénico-dietéticas que se pueden aplicar tanto en invierno como en verano, pero que cobran especial importancia en esta época del año. “Las principales son: evitar el estreñimiento, mantener una hidratación adecuada, bebiendo una cantidad suficiente de líquido, orinar con cierta frecuencia, aunque no se tengan muchas ganas, y orinar antes y después de las relaciones sexuales”, enumera el doctor. Y añade: “Además, en verano, es aconsejable evitar permanecer con el bañador mojado durante mucho tiempo y extremar la higiene íntima”
En verano es aconsejable no permanecer con el bañador mojado durante mucho tiempo
Además de tener unos hábitos protectores, la dieta también puede ser una eficaz herramienta que actúe de muro de contención frente a la cistitis. Así, entre los alimentos más eficaces para ello, De la Riva destaca el arándano rojo. “Hay estudios que demuestran que previene la adhesión de las bacterias a la pared vesical”, argumenta.
También “las frutas y verduras ricas en vitamina C, los alimentos con alto contenido en ácido omega 3, la uva ursi y el diente de león, tomados en infusión, pueden tener algún papel en la prevención de las infecciones urinarias”, añade el facultativo.
Nutrientes protectoresEl poder preventivo de los arándanos “se debe a su aporte en proantocianidinas, que previenen y dificultan la adhesión de las bacterias a la pared vesical, lo que reduce la posibilidad de infección”, aclara el experto. Y continúa: “La vitamina C contribuye a acidificar la orina y prevenir el crecimiento de bacterias. Los ácidos omega-3 y las hierbas descritas parecen tener propiedades diuréticas, favoreciendo la eliminación de bacterias a través de la orina, y antiinflamatorias, evitando la irritación de las vías urinarias”.
Por tanto, el consumo de estos alimentos puede ayudar a reducir el riesgo de infección urinaria, especialmente el de arándanos rojos concentrados, que suele tomarse en forma de pastilla o jarabe. “La cantidad recomendada sería tomar una dosis diaria durante al menos 4 meses para obtener un efecto preventivo significativo. Después se puede reducir la dosis de mantenimiento”, apunta el doctor quien, por otro lado, aconseja evitar “los picantes, la cafeína, el alcohol y los alimentos ácidos porque pueden irritar la vejiga y empeorar los síntomas”.
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Además, recomienda “una ingesta líquida de unos 2-2,5 litros al día. Esto incluye todo el líquido que se beba, no solo agua. En caso de beber agua embotellada, hay que procurar que sea de baja mineralización. También es bueno tomar infusiones, en tanto que aumenta la ingesta líquida. Dos opciones son diente de león y la uva ursi, ambas podrían tener algún beneficio, aunque sin evidencia científica clara”.
El Confidencial