En Suecia, una violación del monopolio estatal sobre la venta de alcohol

Durante décadas, los pequeños productores suecos de bebidas alcohólicas pueden ofrecer visitas a sus bodegas y degustar algo de su sidra, vino o cerveza, pero no se les permite vender directamente al público. Los visitantes que no están familiarizados con esta particularidad, sobre todo los extranjeros, abandonan el recinto tan decepcionados como los productores, que se ven obligados a remitirles a las 450 tiendas de la cadena pública Systembolaget, responsable de la venta a particulares.

Sin embargo, a partir del domingo 1 ^{de junio} se flexibilizará el régimen actual y se autorizará la venta presencial. El tema, debatido durante veinte años, finalmente dio lugar a un proyecto de ley, que fue aprobado por los diputados el 23 de abril (por 154 votos a favor y 129 en contra). Una ley que el primer ministro, el conservador Ulf Kristersson, calificó de "reforma de las libertades" gracias a la cual Suecia se parecería "un poco más a otros países", recordó el diario regional Sydsvenskan en el momento de la votación.

Pero la venta "en la granja", como se llama en el país escandinavo, solo puede realizarse bajo ciertas condiciones. Debería organizarse como parte de una “visita de descubrimiento”.