En el Reino Unido, la popularidad de las saunas está impulsando los pubs
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La puerta de cristal se abre de golpe y dos jóvenes en traje de baño salen riendo. "¡Qué calor hace dentro, qué calor!". Con la piel humeante y empapada de sudor, respiran hondo y se miran con determinación, listas para la segunda prueba: la inmersión total en un barril lleno de agua helada. Sus reacciones, llenas de entusiasmo, indican que es su primera vez allí. En pocas sesiones, adoptarán el mismo aire despreocupado que los demás clientes habituales, que escurren las toallas y beben té de canela entre dos rondas de agua fría y caliente.
En 2025, los jóvenes británicos más modernos ya no se reúnen en pubs ni conciertos, sino en las saunas que proliferan como hongos por todo el país. La Sociedad Británica de Sauna contabilizó 104 en mayo de 2024. Un año después, su número se ha duplicado, y no es imposible que se superen las 300 en un año. La de Hackney Wick, en el este de Londres, se ha instalado en la parte trasera de un antiguo edificio de baños públicos que lleva años abandonado.
Libération