Cuerpo en la playa y mente en la oficina: es la ansiedad de septiembre la que convierte la vuelta al trabajo en una pesadilla.

El verano ya está en pleno apogeo (¿o ya terminó?), y con septiembre llega la vuelta al trabajo, a la escuela, a los compromisos y a la rutina diaria . Para muchos, este periodo representa un verdadero desafío psicológico . El llamado estrés de la vuelta al trabajo puede manifestarse con síntomas físicos, emocionales y conductuales que afectan negativamente la calidad de vida. Para comprender mejor cómo se vive esta fase de transición, recurrimos a Unobravo, un servicio de psicología online, y a Benefit Corporation, que realizó una encuesta en colaboración con Dynata, el mayor proveedor de datos propios del mundo, con una muestra representativa de la población italiana de entre 20 y 55 años.
Las principales emociones de septiembreSegún los datos recopilados, septiembre se asocia con sentimientos de tristeza o melancolía para el 36% de la muestra. El 40% de los encuestados de entre 20 y 24 años también asocia este mes con ansiedad . El 25% de los encuestados considera septiembre un momento para retomar lo que dejó, pero con cierta presión. Este sentimiento es más pronunciado entre los jóvenes: el 30% de los jóvenes de entre 20 y 24 años afirma percibir la vuelta al trabajo con cierta presión.
¿El regreso? Un tiempo lleno de tensiones internas.Entre las personas de 20 a 24 años, el 39 % afirma sentirse retrasado , mientras que el 44 % siente la presión constante de ser productivo. El 27 % afirma que las expectativas sociales o las comparaciones con otros son factores que les causan incomodidad, y el 20 % manifiesta sentimientos de soledad o desconexión emocional . Los datos confirman que la reincorporación al trabajo, especialmente para los jóvenes, suele vivirse como un momento lleno de expectativas y tensión interna.
Sentimiento de inadecuación y comparación con los demásLos sentimientos de incompetencia y comparación con otros son generalizados: el 66% de los encuestados dijo que sentía que otros lo hacían mejor que ellos. Este sentimiento es significativamente mayor entre las personas más jóvenes, llegando al 74% de los jóvenes de 25 a 34 años y a un asombroso 85% de los jóvenes de 20 a 24 años. Cuando se trata de volver a la rutina en septiembre, las reacciones varían: el 51% de los entrevistados dice que puede volver a la rutina de inmediato o en unos pocos días, mientras que el 35% necesita una semana o dos para volver a la normalidad. Luego hay un 8% que tarda más de un mes en reajustarse al ritmo de la vida diaria. Aquí también, surge una clara tendencia generacional : a menor edad, mayores son los porcentajes. Específicamente, entre los jóvenes de 20 a 24 años, el 42% necesita una semana o dos para volver a la rutina, mientras que el 14% requiere más de un mes.
La solución sólo tiene un nombre: apoyo psicológico.Pero ¿existe una solución para frenar la ansiedad y la melancolía de septiembre? Sí. Muchas personas han buscado apoyo psicológico : el 6 % de la muestra ya ha buscado ayuda profesional para afrontar la vuelta en septiembre, mientras que el 19 % lo ha considerado aunque todavía no lo haya hecho. Además, el 22 % nunca lo ha considerado, pero no descarta la posibilidad de hacerlo en el futuro. En este caso, los jóvenes adultos también parecen verse más afectados por estas dinámicas internas: entre los jóvenes de 20 a 24 años , el 39 % afirma necesitar reconstruir aspectos de sí mismos, y el 24 % se percibe en constante cambio. Estas cifras son superiores a las del grupo de 45 a 55 años , donde los porcentajes bajan al 33 % y el 17 % , respectivamente.
¿Qué pasaría si pudieras tomarte un descanso?Finalmente, a la pregunta "¿Si pudieras tomarte un descanso este septiembre, qué te permitirías?" , surgió un fuerte deseo de bajar el ritmo y escapar de la presión de las expectativas. La respuesta más común fue empezar de nuevo a tu propio ritmo, sin presiones, según el 33% de la muestra. El 24% expresó el deseo de simplemente descansar , incluso sin haber hecho nada productivo, mientras que el 22% quisiera dedicarse por fin a un proyecto personal que lleva tiempo posponiendo.
Ansiedad por el regreso y necesidad de espacio“ La ansiedad que suele acompañar la vuelta a la rutina es una señal que no debe ignorarse: Nos dice que necesitamos espacio, escucha y un tiempo más sostenible. Reconocer esto significa tomar conciencia de nuestras propias limitaciones y sentar las bases para escuchar nuestras necesidades más auténticas. Permitirnos bajar el ritmo, pedir el apoyo que sentimos que necesitamos y dedicar tiempo a lo que amamos es un acto concreto de autocuidado que nos permite empezar de nuevo con mayor equilibrio y serenidad», concluye. Valeria Fiorenza Perris , Directora Clínica de Unobravo.
Regresando como un nuevo comienzoEn resumen, septiembre no es solo el mes de la vuelta al trabajo. Puede convertirse en una oportunidad para renovarse interiormente , reevaluar sus hábitos y lograr un equilibrio sólido entre el trabajo y el bienestar personal. Con un enfoque consciente, incluso su regreso puede convertirse en un nuevo comienzo.
Luce