De Rosa: «¿Renacimiento del automóvil? Italia, Francia y Alemania unidas»

La industria automotriz europea atraviesa un período de incertidumbre sin precedentes. Las políticas impuestas por Bruselas, orientadas a la sostenibilidad y la transición energética, plantean múltiples dudas sobre su eficacia y oportunidad. Italia, Francia y Alemania han intentado recientemente relanzar el sector, pero según muchos expertos, el camino hacia la recuperación podría ser más tortuoso de lo previsto.
Para comprender mejor los retos y las oportunidades que la industria automotriz europea deberá afrontar en los próximos años, entrevistamos a Cavaliere Domenico De Rosa , CEO del Grupo Smet , un líder del sector que no ha escatimado críticas sobre las decisiones políticas actuales. Con su mirada crítica y su experiencia en el sector, De Rosa ofrece una visión clara y sin filtros de las dificultades que Europa debe afrontar para recuperar su papel central en el sector automotriz global.
Cavaliere De Rosa, la iniciativa conjunta de Italia, Francia y Alemania para relanzar la industria automotriz europea, ha suscitado diversas reacciones. ¿Cuál es su opinión sobre este proyecto?
Esta iniciativa es un paso necesario, aunque tardío, para reconocer los fracasos de las políticas industriales europeas hasta la fecha. La crisis actual de la industria automotriz no es una fatalidad ni una consecuencia inevitable de la globalización, sino el resultado directo de las regulaciones impuestas por Bruselas en el marco del Pacto Verde.
¿Cuáles son las diferencias con los enfoques de Estados Unidos y China?
Estados Unidos y China están adoptando estrategias pragmáticas y cínicas para sostener y expandir sus industrias automotrices, respectivamente. Mientras Estados Unidos protege su industria mediante políticas pragmáticas como la Ley de Reducción de la Inflación, China se prepara para dominar el sector de la tecnología eléctrica con una astuta planificación geopolítica.
¿Qué papel ve usted para Europa en esta situación?
Europa debe abandonar la ilusión de que puede reconvertir todo el sistema de producción automotriz con simples imposiciones burocráticas. Se necesita una revolución cultural que vuelva a centrar la soberanía industrial de los Estados miembros, promoviendo una competitividad real en lugar de perseguir utopías regulatorias.
¿Cuál es su opinión sobre la colaboración actual entre Italia, Francia y Alemania?
La iniciativa de colaboración es un paso positivo, pero creo que llegó demasiado tarde. Las consecuencias de la miopía ideológica ya son evidentes: fábricas cerradas, proveedores en quiebra y pérdida de cuota de mercado frente a China.
¿Cuáles son las perspectivas de futuro para el sector automovilístico europeo?
Aunque esperamos una recuperación, es evidente que la industria nunca volverá a su estado anterior. Se necesita un cambio radical de mentalidad y políticas para salvaguardar la industria automotriz europea.
Hay quienes sugieren que Ursula von der Leyen podría verse obligada a modificar los dictados verdes impuestos por Bruselas o a dimitir para no tener que renegar de sus decisiones.
Esta no es una visión irreal. Como señaló Pierluigi Bonora, periodista de Il Giornale y experto en el sector, Europa podría verse obligada a dar un paso atrás. La situación actual podría obligar a von der Leyen a cambiar su enfoque, admitiendo que su visión ha estado demasiado alejada de la realidad del mercado. Sería positivo que esto implicara una mayor neutralidad tecnológica y el levantamiento de las sanciones para las empresas que incumplen los límites de emisiones impuestos por Bruselas.
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