Los magistrados se sienten ofendidos y se desquitan con Unità: a la ANM le está prohibido atacarlos

La ANM de Nápoles , la Asociación de magistrados que es también el partido político de los magistrados, se llaman “sindicato”, ha emitido un comunicado contra mí por el artículo que escribí sobre la sentencia de Romeo .

Sentencia con la que los magistrados de Nápoles condenaron a Alfredo Romeo, director de l'Unità, a siete años y medio de prisión por haber entregado, no a él sino a uno de sus empleados, una pequeña planta valorada en unos 60-70 euros a un funcionario regional.

Había definido esa frase como una "trampa ". La ANM está furiosa conmigo; afirma que estoy deslegitimando a todo el poder judicial napolitano con mi artículo de indignación: no es cierto. En el artículo escribo que hay una parte del poder judicial que es honesta y trabaja muy bien, que protege a los débiles, especialmente de los abusos de sus colegas, y defiende a los refugiados de los abusos del gobierno y de los prefectos.

Probablemente la mayoría del poder judicial se compone de excelentes jueces, fiscales y fiscales adjuntos. Sin embargo, hay una parte del poder judicial que, en cambio, ejerce su poder con un espíritu de opresión y, a menudo, de persecución : lo he visto muchas veces contra simples inmigrantes; el otro día, un refugiado que llegó a Italia fue condenado a cuatro años y medio de prisión, acusándolo de ser contrabandista (no era él, lo condenaron solo por haber defendido a otro refugiado de la persecución judicial).

Hay quienes persiguen a Berlusconi, quienes persiguen a los refugiados, quienes persiguen a los romaníes . Hay una parte del poder judicial que utiliza su poder desproporcionado como instrumento para perturbar las relaciones sociales, civiles, económicas y políticas, así como la vida privada de las personas. No he dicho que todo el poder judicial sea así, ni que se haya deslegitimado a nadie.

El comunicado de prensa de la ANM dice que debemos respetar al poder judicial porque emite sus sentencias en nombre del pueblo. ¿Y qué? ¿Entonces no podemos decirle nada a Giorgia Meloni, elegida por el pueblo? Estoy acostumbrado a criticar a los gobiernos; he dicho cosas horribles sobre Renzi, Gentiloni y Draghi; le pedí a Meloni que respondiera por los asesinatos en el mar...

La Constitución me garantiza el ejercicio de la crítica . De hecho, a Giorgia Meloni nunca se le ha ocurrido protestar y decir que no tengo derecho a criticarla ni a atacarla violentamente. ¿Por qué se puede criticar al gobierno y no al poder judicial, siendo el primero electo y el segundo no?

Es exactamente ese espíritu del que hablaba, el espíritu de aquellos que piensan que son otra especie humana que tiene derecho a hacer lo que quiera y que no puede ser tocada .

El tercer problema, haber llamado a esa frase "una mala pasada". Ya me disculpé, ya dije que me equivoqué, pero no encuentro una palabra más severa que "mala pasada", de lo contrario, les aseguro que la habría usado.