Gran Bretaña abandona la batalla de datos con Apple tras la presión de EE.UU.

El gobierno laborista británico de Keir Starmer está dispuesto a abandonar su impasse con Apple sobre la solicitud del Ministerio del Interior de acceder a datos cifrados de clientes de iPhones, iPads y otras plataformas en caso de que se inicien investigaciones legales autorizadas sobre asuntos importantes. Esto se debe a que no es bien visto por la administración estadounidense de Donald Trump y podría obstaculizar futuros acuerdos tecnológicos entre Londres y su principal aliado, Estados Unidos. Así lo afirma el Financial Times, que informa que el Ministerio del Interior se encuentra ahora "entre la espada y la pared" y "básicamente tendrá que dar marcha atrás", según declaraciones de dos altos funcionarios británicos, tras la presión de Washington.
"Este es un asunto que ha irritado enormemente al vicepresidente J.D. Vance y debe resolverse", declaró una de las fuentes. Además, ambos funcionarios explicaron que el cifrado es fundamental para la colaboración entre ambos países: un asunto crítico para Estados Unidos, "que se opone a la injerencia en sus empresas tecnológicas". El impasse comenzó a principios de este año cuando se supo en los medios que el gobierno de Starmer pretendía, amparándose en la Ley de Poderes de Investigación, que regula los poderes de investigación en el Reino Unido, obtener acceso al almacenamiento en la nube de Protección Avanzada de Datos (ADP) de Apple. Estos datos conciernen a millones de personas, cuyo uso, en teoría, Apple reserva exclusivamente a los titulares de contratos individuales que han optado por almacenarlos —a través de su servicio de copias de seguridad bajo demanda— para evitar perder fotos, vídeos e información si cambian o pierden un dispositivo personal. El gigante estadounidense impugnó esta medida recurriendo a los tribunales británicos.
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