El turismo al aire libre está en aumento, pero la mitad de los italianos renuncian a las vacaciones.

Algunos ya han hecho las maletas, mientras que otros las han guardado hace tiempo. El verano de 2025 revela una doble verdad: por un lado, 34 millones de italianos (el 57 % de la población) se están tomando o se tomarán al menos unas vacaciones entre junio y septiembre. Por otro lado, sin embargo, sigue habiendo un segmento significativo (el 43 %) que está renunciando por completo a las vacaciones de verano , ya sea por decisión propia o, más probablemente, por necesidad.
Es lo que surge de los primeros datos del Observatorio de Turismo al Aire Libre creado por Human Company , empresa líder en turismo al aire libre, en colaboración con el Instituto Piepoli .
Datos del turismo de verano: quién se va de vacaciones y quién las abandona.Una Italia dividida , pues, que también refleja constantes tensiones económicas y sociales. Si bien el deseo de irse sigue siendo fuerte, un gran segmento de la ciudadanía lucha por encontrar incluso unos pocos días de ocio.
Una de las tendencias más destacadas para el verano de 2025 es el continuo éxito del turismo al aire libre , es decir, todo lo relacionado con campings, pueblos, glamping y vacaciones en contacto directo con la naturaleza. Esta opción, cada vez más popular, no solo se debe a sus costes generalmente más bajos en comparación con los mejores hoteles , sino también a las auténticas experiencias que ofrece.
Según el Observatorio de la Empresa Humana, un 82% de los que prefieren el turismo fuera de la ciudad ya han planeado o planean un viaje durante los meses de verano.
Se trata de un segmento de público especialmente motivado, a menudo vinculado a familias, parejas jóvenes y viajeros experienciales, que buscan destinos menos conocidos y alternativas a los destinos turísticos más concurridos y prefieren entornos más sostenibles, verdes y flexibles.
La tendencia no es nueva, pero se fortalece año tras año. Tras la pandemia, este tipo de turismo se disparó y sigue satisfaciendo la demanda de quienes buscan viajar con un presupuesto ajustado sin sacrificar la comodidad ni la libertad.
Su capacidad de adaptarse a diferentes targets y ofrecer fórmulas modulares lo convierte en una respuesta concreta a la crisis del poder adquisitivo.
El turismo es un espejo de una Italia cambianteMientras 34 millones de italianos se marchan, al menos 26 millones se quedan. Según datos del Observatorio, el 43% de la población se salta las vacaciones de verano: un hecho que no se puede ignorar.
Las razones detrás de esta elección (o más bien, renuncia) son muchas:
- inflación persistente;
- los altos precios en los sectores del turismo y el transporte;
- el peso creciente de los gastos fijos (alquiler, hipoteca, facturas);
- inseguridad laboral;
- Las dificultades de las familias con un solo ingreso.
Los datos adquieren aún mayor relevancia si se comparan con el carácter histórico del comportamiento vacacional de los italianos, una población tradicionalmente ligada al concepto de las vacaciones de verano como un momento imperdible , hoy cada vez más obligada a permanecer al margen de esta costumbre.
En particular, los jóvenes con empleos precarios, los jubilados con bajos ingresos y las familias numerosas son quienes más sufren esta exclusión. No se trata solo de un problema económico, sino también social y cultural: quienes no se marchan a menudo lo hacen no por elección propia, sino porque no pueden.
La cifra general —el 57 % de italianos de vacaciones— es ciertamente positiva desde la perspectiva de las empresas turísticas . Sin embargo, el panorama sigue siendo heterogéneo. Si bien el flujo de visitantes se mantiene estable, las desigualdades en el acceso a las vacaciones son cada vez más pronunciadas.
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