Multa a un gigante de la UE por entregas y primeros acuerdos de obra

La Agencia Antimonopolio de la UE ha multado con 329 millones de euros a dos plataformas de reparto de comida a domicilio: la alemana Delivery Hero y la española Glovo. Se enfrenta a un cártel que duró desde 2018, cuando el grupo berlinés realizó la primera inversión minoritaria en Glovo, hasta 2022, cuando tomó el control exclusivo. Entre las quejas, el intercambio sistemático de información, incluida la presencia internacional, y los acuerdos de no “robar” empleados (que no riders) entre sí, “no-poach” en la jerga antimonopolio. Es la primera vez que la UE sanciona prácticas anticompetitivas en el mercado laboral.

Delivery Hero y Glovo acordaron no apropiarse mutuamente de sus empleados, intercambiar información y dividirse mercados geográficos dentro del Espacio Económico Europeo. Este caso es importante porque estas prácticas se vieron facilitadas por un uso anticompetitivo de la participación minoritaria de Delivery Hero en Glovo.

«También es la primera vez que la Comisión sanciona un acuerdo de no robo de personal, en el que las empresas dejan de competir por el mejor talento y reducen las oportunidades para los trabajadores», informa la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera. Además de haber acordado no robarse trabajadores, ambas empresas intercambiaron información comercial sensible y se asignaron mercados geográficos, explicó Bruselas, especificando que ambas admitieron su participación en el cártel y acordaron archivar el caso con la sanción. Este no es solo el primer caso en el que la Comisión identifica un cártel en el mercado laboral, sino también la primera vez que sanciona el uso anticompetitivo de una participación minoritaria en una empresa competidora.

Según explicó un responsable europeo, el ejecutivo descubrió un intercambio sistemático de información entre las dos empresas durante el periodo del cártel en disputa, incluso vía chats en WhatsApp, o incluso correos electrónicos, en los que, por ejemplo, una acusaba explícitamente a la otra de haber "violado" acuerdos previos de no realizar ofertas excesivas para contratar a sus empleados. Desde septiembre de 2018, comenzaron a intercambiar información sobre sus actividades de diversas maneras, incluso a través de contactos de WhatsApp, donde discutían mucho. Estas conductas se produjeron "en distintos niveles de la empresa", con el intercambio de "información muy detallada".