Trump amenaza a Europa con aranceles del 50% a partir del 1 de junio

Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles del 50% a partir del 1 de junio. "Las negociaciones en curso no llevan a ninguna parte", afirmó el presidente en su programa de noticias sociales, advirtiendo: "No estoy buscando un acuerdo". Pero el magnate no apunta solo a la UE: poco antes de su ataque a Bruselas, Trump mencionó aranceles del 25% para el iPhone si Apple no lo produce en Estados Unidos.
Europa ha sido uno de los objetivos favoritos de Trump en su guerra comercial durante meses. El inquilino de la Casa Blanca ha denunciado repetidamente el "inaceptable" déficit comercial estadounidense con los 27. La lista de sus quejas es larga: "La UE se creó con el propósito principal de aprovecharse de Estados Unidos en términos comerciales, y es muy difícil de gestionar. Tiene fuertes barreras comerciales, IVA, sanciones corporativas ridículas, barreras comerciales no monetarias, manipulación de divisas y demandas injustificadas contra empresas estadounidenses", explicó Trump en Truth, justificando su decisión de "recomendar" aranceles del 50%, mientras se esperaba un nuevo enfrentamiento negociador entre el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, y uno de los dos negociadores estadounidenses, Jamieson Greer. Sin embargo, el propio Sefcovic, al final de las conversaciones, se mantuvo firme: "La UE está plenamente involucrada y comprometida a garantizar un acuerdo que beneficie a ambos". La Comisión Europea está dispuesta a trabajar de buena fe. El comercio entre la UE y los EE. UU. no tiene parangón y debe guiarse por el respeto mutuo, no por amenazas. "Estamos dispuestos a defender nuestros intereses."
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, el negociador comercial en jefe, intentó explicar la lógica de la amenaza de Trump a Europa. El presidente cree que las propuestas arancelarias de la UE "no son tan buenas como las presentadas por otros" países, dijo a Fox, reiterando que la UE tiene un "problema de acción colectiva" porque los países individuales no saben lo que está negociando la UE. La amenaza de Trump -añadió- es una respuesta al ritmo europeo de las negociaciones. Tras imponer aranceles del 20% a la UE el 2 de abril, Trump concedió una pausa de 90 días para intentar llegar a un acuerdo. Ahora, a mitad de camino de la fecha límite del 9 de julio, el presidente sube la apuesta y pide aranceles del 50%, más del doble de los anunciados el "día de la liberación". Muchos dentro de la Casa Blanca creen que la amenaza es sólo una herramienta de negociación y están convencidos de que Trump no la cumplirá. Sin embargo, muchos observadores se muestran especialmente preocupados porque está en riesgo la economía europea, pero también la estadounidense, lastrada por un déficit y una deuda elevados que ya le han costado una rebaja en su nota por parte de Moody's. Las críticas y amenazas a Europa también alimentan la incertidumbre sobre otros acuerdos comerciales en los que trabaja la administración Trump, de los que se conocen pocos detalles. Según rumores, las negociaciones en curso están cada vez más marcadas por desacuerdos incluso con los gobiernos más inclinados a llegar a acuerdos comerciales con Estados Unidos. "Las condiciones propuestas por Estados Unidos son terribles", dijeron fuentes a los medios estadounidenses, explicando cómo empieza a manifestarse el deseo de Washington de obtener sólo concesiones y no negociar realmente. Las amenazas a la UE y a Apple, respectivamente una de las empresas más valiosas del mundo y uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos, están hundiendo los mercados bursátiles. Los mercados financieros del Viejo Continente cierran todos en números rojos -Milán cae un 1,94%- y queman 183.000 millones asustados por la posibilidad de un endurecimiento de los aranceles y su impacto sobre el crecimiento. Wall Street también cayó, donde Apple perdió más de un 3%, quemando 100.000 millones de dólares al inicio de la sesión. Para Tim Cook, quien asistió a la toma de posesión de Trump, la amenaza del presidente es un golpe duro y potencialmente costoso. Aunque para Apple, según muchos, unos aranceles del 25% serían más baratos que un iPhone Made in USA.
ansa