El discurso de Mussolini que inspiró a Meloni

El discurso del Duce
Extractos del discurso pronunciado por Benito Mussolini el 3 de enero de 1925 para reivindicar la responsabilidad del asesinato de Matteotti.

Extractos del discurso pronunciado por Benito Mussolini el 3 de enero de 1925 para reivindicar la responsabilidad del asesinato de Matteotti.
"¡Caballeros! (….) El artículo 47 del Estatuto establece: «La Cámara de Diputados tiene derecho a acusar a los ministros del Rey y a llevarlos ante el Tribunal Superior de Justicia». Pregunto formalmente si hay alguien en esta Cámara, o fuera de ella, que desee acogerse al artículo 47. (…) Soy yo, señores, quien me acuso en esta Cámara. Se ha dicho que fundé una Cheka. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De qué manera? Nadie puede decirlo. (…) Pero entonces, señores, ¿qué mariposas vamos a buscar bajo el Arco de Tito? Pues bien, declaro aquí, ante esta asamblea y ante todo el pueblo italiano, que asumo (¡solo yo!) la responsabilidad (política, moral, histórica) de todo lo sucedido. Si bastan frases más o menos distorsionadas para ahorcar a un hombre, ¡fuera con la hoguera y con la cuerda! Si el fascismo no fue más que aceite de ricino y una porra, y no la orgullosa pasión de la mejor juventud italiana, ¡yo soy el culpable! Si el fascismo fue una conspiración criminal (omissis), yo soy el responsable, porque creé este clima histórico, político y moral (omissis). Ahora me atrevo a decir que el problema se resolverá. El fascismo, el Gobierno y el Partido, están en plena actividad. ¡Caballeros, se han engañado! Creyeron que el fascismo había terminado porque lo reprimí, que el Partido estaba muerto porque lo castigué y luego tuve la crueldad de decirlo. Si pusiera una centésima parte de la energía que puse en reprimirla en desencadenarla, oh, ya verías... Pero no habrá necesidad, porque el Gobierno es bastante fuerte para aplastar completa y definitivamente la sedición del Aventino (...) Pueden estar seguros de que, en 48 horas tras mi discurso, la situación se aclarará en toda la región, como dicen. Y todos sabemos que esto no es un capricho personal, ni una lujuria gubernamental, ni una pasión innoble, sino simplemente un amor inmenso y poderoso por la Patria.
l'Unità