En el antiguo Aragón se encuentra Zaragoza, tierra de vino e historia

Aragón atesora la esencia de la España ancestral. Una tierra que resuena en textos históricos que evocan reinos, conquistas, culturas y pueblos, y que ha sabido preservar una identidad fuerte y auténtica. Un pasado glorioso cuyo sabor se puede saborear incluso gracias a la garnacha, una variedad de uva autóctona con raíces centenarias. El viaje por Aragón comienza en su capital, Zaragoza, un punto de partida ideal para descubrir los tesoros históricos, paisajísticos, gastronómicos y enológicos de una región para vivir y saborear. Porque Zaragoza también es reconocida hoy como la capital mundial de la garnacha, testimonio de la relación del territorio con este vino intenso y ancestral. Situada en una posición estratégica entre Madrid y Barcelona, se puede llegar fácilmente a Zaragoza desde Italia con vuelos directos.

La Catedral de Teruel_Erika Scafuro
Zaragoza se revela como una ciudad de armoniosos contrastes, siempre acompañada por los susurros del cierzo, el famoso viento que sopla desde el noreste, y el fluir del río Ebro. Fundada por el emperador romano César Augusto que le dio su nombre, Caesaraugusta, en más de dos mil años de historia ha sido un lugar donde coexistieron cuatro culturas, romana, musulmana, judía y cristiana, lo que dio lugar al patrimonio monumental, una variedad que la ha convertido en una ciudad dinámica y acogedora. Para captar el alma de Zaragoza es esencial llegar a la emblemática Plaza del Pilar en la que se alzan dos catedrales: la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y la Seo, la catedral de San Salvador. La primera, un imponente tesoro del arte barroco aragonés, está vinculada a la Virgen del Pilar, un pilar de unos treinta y cinco centímetros que la tradición dice que llegó de Jerusalén el 2 de enero del 40 d. C.; Considerada un centro internacional de peregrinación mariana, la basílica alcanza su mayor participación popular cada 12 de octubre con la ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, una procesión en la que los asistentes deben vestir la vestimenta tradicional de su región española. La basílica alberga magníficos frescos de Francisco de Goya y, desde lo alto de una de sus cuatro torres, se pueden admirar vistas panorámicas de la ciudad y del río Ebro. La cercana Catedral del Salvador, también conocida como La Seo, es más antigua y se alza sobre las ruinas del antiguo foro romano y la mezquita musulmana. Hoy en día, este edificio, la primera catedral cristiana de Zaragoza, es un ejemplo de diferentes estilos artísticos que van del románico al barroco, del mudéjar (el estilo del siglo XIV fruto de la convivencia entre musulmanes y cristianos), al gótico y al renacimiento, y cuenta con un rico patrimonio que incluye el espectacular muro exterior mudéjar, de ladrillo y cerámica vidriada, de la adyacente Parroquieta de San Miguel Arcángel. El recorrido por las diferentes épocas históricas que han caracterizado a Zaragoza continúa en la Aljafería, el Palacio de la Alegría, actual sede de las Cortes de Aragón, una fortaleza del siglo XI donde redescubrir la milenaria historia arquitectónica de la ciudad.

Viñedo Garnacha_Campo de Borja_Erika Scafuro
En Zaragoza, el encanto histórico y cultural se combina con la gastronomía y el vino de la Garnacha, una de las cinco variedades de uva más populares del mundo. Una antigua cepa autóctona aragonesa que se adapta bien a la escasez de lluvias y al clima ventoso, un vino que se ha convertido en uno de los pilares del excelente panorama gastronómico de Aragón, que cuenta con cuatro denominaciones de origen vinícolas, las tres primeras en la provincia de Zaragoza: Campo de Borja, una zona de viñedos a los pies del Moncayo, la montaña más alta del Sistema Ibérico, donde recomendamos visitar Bodegas Aragonesas para degustar excelentes vinos; Cariñena, una de las zonas vitivinícolas con mayor tradición; Calatayud, que se extiende entre colinas y mesetas hasta mil metros de altitud; y Somontano. Zaragoza, reconocida como la Capital Mundial de la Garnacha, se ha convertido en un referente para este vino, enriqueciendo su patrimonio cultural con la organización de eventos temáticos (del 30 de mayo al 8 de junio, se celebró la primera edición del Festival de la Garnacha); visitas a bodegas y viñedos; experiencias enogastronómicas y la creación, en pleno centro de la ciudad, del viñedo ornamental Giardino della Garnacha. Aragón también se revela a través de los sabores de su gastronomía, que combina todas las excelencias de su territorio. Además de los excelentes vinos de Garnacha, el cordero Ternasco de Aragón, el jamón de Teruel, el aceite del Bajo Aragón y la Sierra del Moncayo también cuentan con la denominación de origen. Entre los productos más sabrosos y especiales se encuentran la borraja, la trufa negra, el azafrán del Jiloca y una amplia variedad de quesos locales. Zaragoza es conocida por Tubo, la zona dedicada a degustar tapas, el mercado central y restaurantes que combinan con maestría los sabores tradicionales en experiencias culinarias de vanguardia, como La Clandestina o La Flor de Lis. La ciudad también es famosa por su tradición chocolatera, fue en 1534 cuando los monjes del Monasterio de Piedra recibieron el primer cacao; entre las delicias locales se encuentran las Frutas de Aragón, frutas confitadas recubiertas de chocolate, las auténticas se pueden adquirir en la histórica pastelería Fantoba.

Albarracín_Erika Scafuro
Para una estancia con encanto en el corazón de Zaragoza, el hotel boutique Avenida es el lugar ideal. El viaje a través de la cultura, la gastronomía y el vino aragoneses continúa en la provincia de Zaragoza con una visita al Monasteiro de Veruela, el primer monasterio cisterciense de Aragón, que actualmente también alberga el museo del vino. Famosa por la popular fiesta del Cipotegato, celebrada el 27 de agosto, la ciudad de Tarazona invita a visitar su centro histórico y la Catedral de Santa María de Huerta, un ejemplo único de patrimonio gótico, mudéjar y renacentista. Para una estancia especial en la zona, el Castillo de Belbuente, un palacio-castillo de los siglos X-XVI completamente restaurado y lleno de historia, donde los huéspedes conocen al escritor español Luis Zueco, director del establecimiento. Tras dejar Zaragoza, el viaje continúa hacia otra provincia de Aragón, Teruel, donde la excelencia culinaria cuenta historias antiguas. Como la de la quesería Sierra de Albarracín, que, desde 2006, siguiendo la tradición de los pastores locales, elabora deliciosos y galardonados quesos artesanales. Gracias a este producto, descubrirá Albarracín, uno de los pueblos más bellos de España, con un legado arquitectónico medieval y musulmán de gran encanto. Para una parada gastronómica, le recomendamos el restaurante El Portal. Antes de abandonar Aragón, le sugerimos ir hasta Teruel para admirar el increíble legado del estilo mudéjar, que en esta localidad se expresa en sus excepcionales torres y el precioso artesonado de la Catedral de Santa María de Mediavilla. Además, la ciudad cautiva por la leyenda de sus amantes, a quienes se dedica un mausoleo para visitar. Un viaje a través de la belleza, las historias, los deliciosos sabores y el intenso aroma de la garnacha.
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