Las beneficiosas aguas onsen de Japón se han reducido a polvo. «Podríamos replicar nuestras aguas termales en cualquier lugar».

Una empresa japonesa ha logrado convertir el agua de los famosos "onsen", las aguas termales curativas de Japón, en polvo para facilitar su exportación, una opción que se creía imposible durante mucho tiempo. Le Furo, con sede en Tokio, ha desarrollado una tecnología conocida como "onsen artesanal", que extrae y filtra los elementos que componen las aguas termales, concentrándolos al máximo en polvo. Ahora, se declara lista para exportar sus onsen a todo el mundo, empezando por los países árabes del Golfo Pérsico. Esta noticia parece contradecir los recientes informes que señalan que las famosas aguas termales están siendo devastadas por el turismo excesivo.
La empresa ahora pretende utilizar esta tecnología patentada para exportar aguas termales japonesas, con el objetivo de abrir varias instalaciones en la región del Golfo para 2026, donde «el agua se considera un recurso más preciado que el petróleo», explica su director ejecutivo, Naoki Mita. Hasta ahora, transportar aguas termales al extranjero parecía imposible por razones logísticas, debido al volumen de agua necesario y a su sensibilidad a los gérmenes. «Al igual que al extraer un espresso, molemos los recursos minerales en partículas finas, similares a la arena», explicó el mismo director a la Agencia France Presse.
El empresario señala que muchos de los llamados "polvos onsen" que se encuentran en el mercado son sintéticos y reproducen el color y el olor relajante de estos manantiales sin contener necesariamente los elementos naturales esenciales.
Sólo cuando metales sólidos como hierro, magnesio y zinc se disuelven en el agua es posible reproducir químicamente los efectos terapéuticos de un onsen.
Con un estimado de 28.000 establecimientos en 2021, según el Ministerio de Medio Ambiente, los onsen son una industria importante en Japón, popular entre los locales y los turistas.
repubblica