El Gobierno promete 400 millones de euros para traer a España el Telescopio de Treinta Metros que Trump quiere cancelar

El Gobierno se ha comprometido hoy a poner sobre la mesa 400 millones de euros para financiar la construcción del Telescopio de Treinta Metros en la isla canaria de La Palma. El proyecto, impulsado por Estados Unidos, y ubicado en la isla de Hawái, está en la cuerda floja debido a que el Gobierno de Donald Trump ha decidido cancelar su financiación. El recorte es la oportunidad más clara que ha tenido España de llevarse a casa el que sería el mayor observatorio óptico del hemisferio norte, pues La Palma ya había sido elegida como localización alternativa por la calidad de sus cielos.
La construcción del TMT ha estado varias veces al borde del abismo por la férrea oposición de los nativos al proyecto, que se levantaría en la montaña de Mauna Kea, donde ya hay varios observatorios de primer nivel. En 2019, el consorcio del telescopio, formado por Japón, Canadá, India y varias universidades estadounidenses, entre ellas la Universidad de California, decidió seguir adelante con esta ubicación. Pero el sablazo presupuestario de Donald Trump para la Fundación Nacional de la Ciencia incluye no gastar ni un dólar más en este proyecto, desviando 1.600 millones de dólares a otro gran proyecto astronómico, el Telescopio Gigante Magallanes, que se construirá en Chile. La decisión fue una sorpresa, pues un panel de científicos de Estados Unidos había recomendado la construcción de ambos proyectos.
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha anunciado este miércoles hasta 400 millones de euros para resucitar el proyecto de construir el TMT en La Palma, concretamente en el Observatorio del Roque de los Muchachos, informan fuentes del ministerio. En este lugar opera ya el Gran Telescopio de Canarias, que con sus 10 metros de diámetro es el actual observatorio óptico más grande del mundo. El TMT multiplicaría por tres la capacidad de observación astronómica y permitiría observar las primeras galaxias del universo, e incluido observar el primer planeta gemelo de la Tierra, si alguna vez se descubre. Morant ha hecho el anuncio esta tarde tras la reunión del consejo rector del Instituto de Astrofísica de Canarias, que ha presidido ella misma.
Morant ha asegurado que el Gobierno ya ha tramitado esta oferta a la Fundación que gestiona el TMT. La financiación se canalizaría a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI). “Ante los riesgos de paralización de este gran proyecto científico internacional, en el Gobierno de España hemos decidido actuar con una apuesta redoblada por la ciencia y las grandes infraestructuras científicas en beneficio del conocimiento global”, ha aseverado Morant.
El proyecto afronta ahora una importante incertidumbre. “Por ahora ya se han gastado unos mil millones de dólares en el diseño del proyecto, hay asegurados otros mil, pero hacen falta mil más para poder construirlo”, según ha explicado a EL PAÍS el director del IAC, Valentín Martínez-Pillet. El astrónomo opina que la forma de conseguir toda la financiación que falta es a través de una iniciativa europea que asegure la financiación completa para la construcción, que llevaría 10 años.
Chile no solo albergará el GMT, sino también el Telescopio Extremadamente Grande, financiado por Europa, y que tendrá casi 40 metros de diámetro. “Sería muy triste tener capacidades enromes en el hemisferio sur y no tenerlas en el norte, pues desde aquí podemos observar objetos astronómicos que no son visibles desde el sur. Es algo que nunca ha ocurrido”, detalla el director del IAC.
Los defensores de la opción canaria aseguran que el TMT se podría empezar a construir de forma inmediata, pues el proyecto cuenta con todos los permisos necesarios, válidos hasta septiembre de 2026.
El proyecto sería decisivo para la economía de la isla. Dejaría unos 400 millones de euros en construcción y generaría unos 150 puestos de trabajo de operadores del observatorio, y varias decenas de millones de euros en operaciones cada año, según los cálculos del IAC. “Si en la actualidad el 3% del PIB de La Palma lo aporta la astrofísica, con el TMT saltaría al 6%”, enfatiza Martínez-Pillet. “Lo más importante es que si el TMT no viene finalmente, la astrofísica mundial se hará en Chile y no en Canarias, y en 10 años La Palma dejará de ser competitiva a nivel mundial”, añade.
Los problemas para el TMT comenzaron en 2014, cuando se decidió comenzar las obras en Mauna Kea, la cumbre más alta de Hawái, que los nativos consideran sagrada. Los opositores cortaron las carreteras y paralizaron la construcción. El proyecto fue criticado con una campaña de mentiras en redes sociales, como que la instalación era un arma láser controlada por China o que funcionaría con energía nuclear. Al mismo tiempo comenzó una larga batalla legal que terminó en 2019. Aun así, la edificación ha estado completamente parada hasta ahora.
En España, en cambio, el proyecto siempre ha contado con el apoyo de todas las instituciones competentes en todos los niveles. El anterior ministro de Ciencia, Pedro Duque, se afanó en traer el TMT a Canarias. Tras el revés presupuestario en Estados Unidos, el proyecto de albergar esta instalación volvió a ser una posibilidad y el IAC comenzó a llamar a las puertas de las autoridades para resucitarlo.
Durante una rueda de prensa posterior al consejo, la ministra Morant también ha anunciado que el presupuesto del IAC crece en 2025 en casi dos millones de euros, hasta un total de 18,6 millones.
EL PAÍS