El bumerán paleolítico de la cueva de Obłazowa es más antiguo de lo que se creía.

El famoso bumerán de la cueva de Obłazowa (Pequeña Polonia) se creó hace unos 42 000 años, varios miles de años antes de lo que se creía. Podría ser el primer registro de la cultura espiritual del Homo sapiens en Polonia, según declaró a PAP el arqueólogo Prof. Paweł Valde-Nowak.
La cueva de Podhale Obłazowa (provincia de Pequeña Polonia) es uno de los yacimientos glaciares más ricos de Polonia. Junto a ella se encontraba una rica zona de pesca en forma de garganta fluvial, por lo que era un lugar ideal para establecer un campamento, que primero sirvió a los neandertales y posteriormente al Homo sapiens .
En 1985, arqueólogos polacos, dirigidos por el profesor Paweł Valde-Nowak, descubrieron allí un conjunto de valiosos objetos ceremoniales. Entre ellos se encontraba un fragmento curvo y pulido de 70 centímetros de un colmillo de mamut. Debido a su apariencia, asociada a un arma arrojadiza utilizada por los aborígenes, los investigadores concluyeron que se trataba de un bumerán, pero utilizado por el hombre del Paleolítico.
Los científicos creyeron originalmente que el objeto provenía de la cultura pavloviana, es decir, que era obra de personas que se desarrollaron en Moravia y partes de Baja Austria entre hace unos 30.000 y 23.000 años.

Sin embargo, un equipo internacional dirigido por la profesora Sahra Talamo, de la Universidad de Bolonia, realizó una serie de nuevos estudios utilizando numerosos métodos previamente no disponibles, como análisis genéticos e isotópicos. Los resultados de la investigación se publicaron en Plos One.
«Ahora estamos seguros de que se refiere a una población anterior, que representa la llamada cultura Auriñaciense de hace 42.000 años. Se trata de los primeros representantes del Homo sapiens, que en algún momento se apoderó de vastas áreas de Europa. Por lo tanto, nos encontramos ante un cambio de interpretación considerable con respecto a los análisis previos», declaró el profesor Paweł Valde-Nowak, del Instituto de Arqueología de la Universidad Jagellónica, uno de los autores de la publicación.
Aunque el bumerán se asocia principalmente con la cultura de los aborígenes australianos, datos históricos indican su presencia también en otros continentes. El bumerán de la cueva polaca es el ejemplar más antiguo conocido en Europa, y quizás del mundo. Nuevas estimaciones indican que se creó hace entre 42.000 y 39.000 años.
Con este descubrimiento, nos situamos en el momento de mayor auge de la cultura espiritual en la humanidad. Arqueológicamente, empezamos a observarlo con claridad en diversas regiones europeas, por ejemplo, en pinturas rupestres de cuevas francesas o españolas, así como en cuevas del sur de Alemania, donde se encontró una serie de arte móvil, figurillas e incluso instrumentos musicales. El Homo sapiens comienza entonces a experimentar profundamente, a reaccionar y a exteriorizar sus sentimientos. La cueva de Obłazowa es la única evidencia de tal comportamiento en tierras polacas en aquella época —enfatizó el arqueólogo—.
Por ahora, sin embargo, los científicos no quieren determinar si el bumerán tenía un significado simbólico y espiritual y es evidencia de los primeros rituales del Homo sapiens, o si era más bien un elemento utilitario.

Sin embargo, como afirma el profesor Valde-Nowak, el bumerán era sin duda un objeto importante y valioso para los habitantes de la cueva. Se encontró entero, hecho con los huesos de un animal grande y peligroso que probablemente era cazado por todo el grupo. La precisión con la que se fabricó este objeto también es impresionante.
En primer lugar, estaba colocado en un lugar expuesto, rodeado de rocas de más de 60 kilogramos que alguien introdujo rodando en la cueva. Justo al lado había un hueso humano, el hueso más antiguo del Homo sapiens en tierras polacas, y varios otros objetos valiosos. Todo el lugar estaba cubierto de polvo de ocre rojo. Aparece en yacimientos arqueológicos en el contexto del simbolismo de la vida y la muerte. Todas estas son señales que nos hacen pensar en el bumerán, aunque más en términos de ritual que de la vida cotidiana —admitió el profesor Valde-Nowak—.
Por otro lado, se conocen bumeranes que no regresan a quien los lanza, por ejemplo, en la provincia australiana de Queensland. Allí se utilizaban como herramientas de combate, para descuartizar cadáveres, cavar pozos o fosos de cocina, raspar las cenizas calientes de la carne asada o como parte de un instrumento de percusión. Sin embargo, a veces también se utilizaban en rituales.
La nueva datación de un bumerán hallado en una cueva polaca evidencia la presencia del Homo sapiens en nuestra parte de Europa hace unos 42 000 años. Hasta ahora, se creía que el Homo sapiens apareció en estas zonas hace tan solo 35 000 años, lo que significaba que, tras la extinción de los neandertales, la región habría permanecido deshabitada durante milenios.
La escasez de restos humanos y la escasa documentación de la mayoría de los yacimientos del Paleolítico superior en Polonia han dejado hasta ahora estas consideraciones sin una resolución clara.
Mientras tanto, la investigación interdisciplinaria en la cueva de Obłazowa indica la gran flexibilidad y resistencia del Homo sapiens a condiciones ambientales difíciles y cambiantes. Demuestra que la presencia humana en este lugar no se limitó únicamente a los períodos más cálidos.
"Hablamos de una edad de hielo, cuando los glaciares del norte y de montaña experimentan fluctuaciones. Por lo tanto, se trata de una zona periférica, donde el Homo sapiens entra con menos audacia que en la cuenca del Danubio o la zona mediterránea", explicó el arqueólogo.
Los científicos del último estudio no redactaron el bumerán, sino que examinaron lo que se encontró a su alrededor: trece muestras de huesos de animales sin signos de procesamiento y falanges de un dedo humano. Esto se debe, en parte, a que querían preservar el artefacto prehistórico.
"No queríamos dañar el bumerán; nos daba pena este valioso objeto, que ya habíamos conseguido por una cantidad muy elevada: 100.000 euros, cuando fue trasladado a París para la exposición", admitió el profesor Valde-Nowak.

La investigación se llevó a cabo en el marco de una subvención del Consejo Europeo de Investigación (CEI), que la profesora Sahra Talamo llevó a cabo en colaboración, entre otros, con investigadores polacos financiados por el Centro Nacional de Ciencias. La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Bolonia y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig.
La ciencia en Polonia, Ewelina Krajczyńska-Wujec (PAP)
ekr/ bar/ jpn/
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