Sesgo de retrospectiva: esta es la razón por la que a menudo somos más duros con nosotros mismos de lo que corresponde

El sesgo retrospectivo es una distorsión cognitiva que puede llevarnos a juzgarnos injustamente y a aprender menos de nuestras experiencias de lo que podríamos. Descubre más sobre esto aquí.
Cuando percibimos, organizamos, juzgamos y formamos una imagen del mundo, no solo vemos una pequeña parte de él. No solo tomamos en cuenta las experiencias de nuestra biografía personal, y nuestras interpretaciones no se ven moldeadas únicamente por influencias situacionales como el estado hormonal y la actividad intestinal. Además de todas las modificaciones que hacemos en nuestra concepción del mundo, que fluyen en la historia que nos contamos, existe toda una serie de errores sistemáticos en el pensamiento conocidos como distorsiones cognitivas que surgen de nuestra psique e inteligencia humanas. Algunas personas pueden estar familiarizadas con el sesgo de confirmación , por ejemplo. Esto nos lleva a interpretar generalmente la información nueva de una manera que confirma nuestras suposiciones y puntos de vista existentes. Otro error de este tipo se llama sesgo de retrospectiva, y ser consciente de él puede ser útil, ya que puede afectar cómo juzgamos nuestro comportamiento y lo que aprendemos de él.
Sesgo de retrospectiva: por qué sobreestimamos nuestro yo anteriorEl sesgo de retrospección describe el fenómeno por el cual sobreestimamos nuestros conocimientos y competencias en un momento anterior. En un famoso experimento que ilustra este sesgo cognitivo, por ejemplo, se pidió a los sujetos de prueba que nombraran la altura de la Torre Eiffel. Luego se les indicó la altura correcta. Unas horas o días después, se les pidió que indicaran la altura que estimaban que tenía la Torre Eiffel al inicio del experimento. La mayoría de los sujetos de prueba dieron un valor más cercano a la altura real del monumento parisino que su estimación real, incluso cuando los experimentadores les dijeron que era importante que la recordaran correctamente. Una vez que supieron la altura de la Torre Eiffel, ya no podían imaginar que no la habían sabido tiempo atrás o que podrían haber estado muy equivocados.
Cómo el sesgo de retrospección puede promover sentimientos de vergüenza y culpaCon la experiencia que adquirimos, especialmente a través de los errores y omisiones que cometemos y observamos, aprendemos y tendemos a volvernos más sabios. Por ejemplo, hoy en día quizá no dejemos la bicicleta afuera todo el invierno, como hacíamos a los 18 años, solo para encontrarla completamente oxidada la primavera siguiente. Ya no diríamos ciertas cosas que ahora entendemos que hieren a los demás, y podríamos tomar decisiones diferentes.
Si ahora recordamos eventos individuales de nuestro pasado, situaciones en las que nos comportamos de forma más insensata o peor de lo que deseábamos, el sesgo de la retrospectiva puede llevarnos a juzgarnos con mayor severidad de la que realmente corresponde. Esto se debe a que basamos nuestra evaluación no en nuestra versión anterior, menos informada, sino en nuestro yo actual, una versión posterior, más vieja y con más experiencia. Nos resulta mucho más fácil actuar con mayor sabiduría.
Esto puede llevarnos a pensar: "Debería haberlo previsto" o "Podría haberlo hecho mejor", en lugar de pensar: "No lo sabía entonces" o "No podría haberlo hecho mejor/de otra manera en ese momento". Esto puede dificultarnos el perdón. Puede generar sentimientos de vergüenza y culpa, y hacer que pasemos por alto lo más importante: lo que hemos aprendido. Lo que no estaba presente en nuestra versión anterior y que está más presente hoy.

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Ni el sesgo retrospectivo ni nuestras otras distorsiones cognitivas son una razón legítima para dudar de nuestra capacidad de llevar una vida satisfactoria; después de todo, miles de millones de personas con estas distorsiones ya han demostrado esta capacidad. Puede que no veamos el mundo tal como es y tengamos que conformarnos con una mente sistemáticamente defectuosa. Pero, como somos quienes somos, podemos vivir como vivimos. Considerando cuántas personas disfrutan haciendo esto y lo apegadas que están la mayoría a sus vidas, esto no puede estar tan mal.
Así que no necesitamos sacudir desesperadamente nuestras cabezas no tan brillantes e intentar corregir nuestras distorsiones cognitivas y nuestros errores de percepción y juicio; probablemente no podríamos hacerlo de todos modos. Sin embargo, independientemente del perfeccionismo y las dudas sobre la verdad, puede ser enriquecedor y útil para nosotros saber más sobre cómo pensamos y qué influye en nuestras percepciones y evaluaciones. Para nosotros, para nuestra autoimagen, nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos, puede ser importante creer que fallamos en el pasado y que deberíamos haber hecho algo mejor, o darnos cuenta de que solo lo creemos, cuando en realidad simplemente no podríamos haberlo hecho mejor, pero lo estamos haciendo hoy.
Brigitte
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